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El socio incómodo del Club El Nogal

Se trata del abogado Daniel Mendoza quien en su faceta de escritor se ha convertido en un dolor de cabeza para algunos socios del prestigioso club

Redacción Nacional
30 de junio de 2016 - 12:40 a. m.
El abogado Daniel Mendoza y el excongresista Pablo Víctoria son socios del club.
El abogado Daniel Mendoza y el excongresista Pablo Víctoria son socios del club.

Se trata de un novelón. El abogado y escritor Daniel Mendoza presentó una denuncia contra directivos del Club El Nogal por un presunto hostigamiento ideológico, discriminación e injuria, porque a su juicio han encabezado una campaña de odio que tiene como finalidad sacarlo del club. En medio del debate está el excongresista Pablo Victoria, quien se siente atacado por una serie de mensajes enviados por Mendoza en una cuenta de twitter que, asegura, pertenece a su libro “El diablo es Dios”.

Los mensajes, de grueso calibre, citan un monaguillo del procurador llamado Pablo, que canta Victoria en momentos explícitamente sexuales. A juicio de Mendoza, son producto de la ficción propia de una novela. Para Victoria, por el contrario, se trata de insultos y vejámenes directos en su contra, que están siendo escudados en una novela.

En diálogo con La W Radio, Victoria afirmó que “estoy en derecho a defenderme de este agresor moral y desequilibrado digno de un ‘frenocomio’ y no de un club social. El club (el Nogal) está adelantando una investigación contra este señor porque sus tweets y sus escritos son demasiado obscenos”.

En la novela “El diablo es Dios” el protagonista va a un club social y lo contratan para que corrompa a la junta directiva del club. Por lo que Victoria sostiene que se está escondiendo detrás de la literatura.

En medio de ese debate, Mendoza presentó la denuncia alegando que la finalidad es sacarlo del club porque ha hecho denuncias de irregularidades de algunos miembros. Por ejemplo, asegura que “un exsuperintendente de Industria y Comercio tuvo una membresía entregada por un miembro de la junta cuya empresa era vigilada por esta Superintendencia”.

Las otras dos denuncias de Mendoza son contra “señala que un socio tiene demandado al Club por $5 mil millones, por los hechos ocurridos en el estallido de la bomba de 2003. Él se hizo nombrar en el comité de seguridad, sin manifestar conflicto de intereses”. Agrega que la segunda es contra otro miembro que quería imponen un contrato con sobrecostos de cerca de $300 millones.

El hecho es que en los estatutos del Club fueron modificados y uno de ellos daría libre a la expulsión de Mendoza, pues plantea como motivo para retirarlo “hacer declaraciones o publicaciones en los medios de comunicación o redes sociales que causen daño al prestigio o la imagen del Club o de sus integrantes, o en general atentar, de cualquier manera, contra el buen nombre de la Corporación”.

Por eso insiste en que sus tweets forman parte de la ficción propia de una novela. Para Pablo Victoria, por el contrario, son realmente explícitos, y asegura que “ha rebasado todos los límites del comportamiento de un club social como el nuestro. Acá no puede estar un miembro que ponga esas publicaciones en el twitter”.

En medio de esta debate entro a terciar al Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) que asegura que "cualquier intento de censura contra Mendoza es una violación”, esto haciendo referencia a las denuncias que ha plasmado en artículos.

Por ahora, Victoria, como miembro de la junta directiva, está recogiendo apoyo para, respaldado por los estatutos del club, expulsar al abogado y escritor. Este se defiende con acciones legales, argumentando persecución. De trasfondo está el libro “El diablo es Dios” que ha levantado ampolla entre miembros de Club el Nogal. En síntesis, se está escribiendo otra historia y esta vez no es propiamente de ficción.

Por Redacción Nacional

 

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