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Exceso de pornografía y videojuegos afecta el cerebro de hombres jóvenes

En una entrevista con la BBC, el psicólogo Philip Zimbardo explicó que tanto tiempo dedicado a estas actividades está cambiando la configuración del cerebro de los hombres.

El Espectador
10 de mayo de 2015 - 07:44 p. m.

Jugar videojuegos durante más de cinco horas es, según el psicólogo Philip Zimbardo, un exceso. Otros estudios aseguran que dos horas enfrente de una pantalla se puede considerar un tiempo excesivo dedicado a actividades como ver pornografía o jugar juegos de consola. Esta cantidad de horas, que sobretodo están dedicando hombres jóvenes, está influyendo en un cambio en la programación de sus cerebros.

A esta conclusión llegó Zimbardo después de una juiciosa revisión de literatura, páginas de pornografía y videojuegos en internet, y una encuesta a 20.000 jóvenes de Estados Unidos (de los cuales el 75% eran hombres) sobre sus actividades, vida social y relaciones personales. Los resultados encontrados los plasmó en su más reciente libro: “Man (Dis)Connected” (Hombre (Des)Conectado) en donde además hace un llamado de atención sobre la delicadeza de este tema.

En una entrevista conducida por el programa radial BBC World Service's Weekend, el psicólogo autor de la investigación explica que “ahora, con pornografía gratis, los jóvenes están combinando esta actividad con juegos de video y, en promedio, están viendo dos horas de porno a la semana”. El problema no para ahí: con los excesos de tiempo dedicados a la pantalla, las posibilidades de desarrollar diabetes del tipo dos es mucho mayor y además, su cerebro se configura para que, cuando no estén realizando estos pasatiempos, estén siempre pensando en cuánto quieren ver pornografía o seguir pasando los niveles de los juegos.

“Prefieren hacer eso que cualquier otra cosa. Cuando están en clase están pensando en el desafío que tienen en el x-box. O cuando están con una mujer, piensan que prefieren estar viendo pornografía pues no son rechazados por nadie”, agrega Zimbardo quien aclara que este tipo de actividades solo son perjudiciales cuando son realizadas más tiempo de la cuents. “Lo que estoy diciendo es que ya estamos un una crisis. Cuando el porno y los videojuegos se convierten en el centro en la vida de alguien, las funciones cerebrales empiezan a cambiar y la crisis comienza”, le dijo a la BBC.

Para tratar esta situación, Zimbardo recomienda que los padres de familia deben llevar la cuenta de cuántas horas están pasando sus hijos en el computados o jugando videojuegos. Es también importante, según el psicólogo, que la educación sexual, tanto en el colegio como en la casa, no solo tenga un enfoque biológico, sino que se traten temas como el comportamiento sexual, la importancia de tener estándares y establecer barreras.

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Por El Espectador

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