Kama Sutra

En un lugar de la India vivió entre el siglo I y el IV, la fecha es imprecisa, un hombre llamado Vatsyayana, cuyo mérito consistió en aterrizar para el pueblo uno de los capítulos de un texto de origen sagrado llamado Kama Shastra y convertirlo en un documento sencillo y de fácil lectura al que bautizó Kama Sutra.

Alberto Medina López *
06 de febrero de 2016 - 09:00 p. m.
Kama Sutra

Kama, uno de los fines de la existencia entre los hindúes, significa el disfrute de la vida a través de los sentidos, con la ayuda de la mente y el espíritu. Su objetivo es la búsqueda del placer y la reproducción.

No sin antes sentenciar que el libro debe ser estudiado, por igual, por hombres y mujeres, lo que les otorga a los dos géneros la capacidad y el derecho de gozar de los placeres, Vatsyayana considera la variedad como materia esencial del erotismo.

“Una persona ingeniosa debe multiplicar los modos de unión tomando como ejemplo las formas de hacerlo de las bestias y los pájaros, puesto que estas maneras diferentes de unión, realizadas según los usos de cada país y los gustos individuales, generan amor, amistad y respeto en los corazones de las mujeres”.

En el Kama Sutra hay tipos de unión dependiendo del tamaño y de la profundidad de los órganos del goce. Hay hombre-liebre, hombre-toro, hombre-caballo y mujer-cierva, mujer-yegua, mujer-elefanta. Cada cual tiene su par ideal.

También hay tipos de abrazos, besos y mordiscos. En materia de besos, por ejemplo, los hay nominales, palpitantes, inclinados, directos, girados, apretados, de agarre y hasta de combate de lengua.

Vatsyayana enseña lo que él considera un axioma clave para entender el goce desde cada uno de sus actores. “Cuando se realiza la unión sexual por primera vez, la pasión del varón es intensa y el tiempo que emplea es corto, pero en las uniones subsiguientes en el mismo día, ocurre lo contrario a lo expuesto. Con las mujeres empero, sucede lo opuesto, ya que la primera vez, la pasión es débil y muy largo el tiempo invertido. En las sucesivas ocasiones del mismo día, su pasión es intensa y el tiempo más corto, hasta que queda satisfecha por completo”.

Luego vienen las formas del acoplamiento, que van desde lo más tradicional a lo más riesgoso: posición de la yegua, posición elevada, abertura del bambú, fijación del clavo, posición del cangrejo y postura en paquete, entre otras. Lo importante es lograr la plena satisfacción de los sentidos y del espíritu.

El Kama Sutra tiene la virtud y el poder de hablar sin tapujos de la intimidad y de hacer del orgasmo un tema sin velos ni secretos, en el remoto tiempo de los primeros siglos de nuestra era. Su gran legado es posicionar el placer como sexualidad sin culpa.

* Subdirector de “Noticias Caracol”.

Por Alberto Medina López *

 

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