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Millones de hindúes celebran en el Ganges la mayor festividad religiosa del mundo

La concurrencia era tal que el domingo por la mañana había 40 millones de personas en Allahabad.

AFP
10 de febrero de 2013 - 11:26 a. m.

Millones de peregrinos hindúes estaban reunidos este domingo en el río Ganges, en la jornada más propicia del Kumbh Mela, la mayor festividad religiosa del mundo que se celebra cada doce años en Allahabad, en el norte de India.

Los peregrinos afluyeron hacia las aguas antes del amanecer, conducidos por gurús con el cuerpo recubierto de ceniza, para celebrar un baño que según la creencia los lava de sus pecados.

La concurrencia era tal que el domingo por la mañana había 40 millones de personas en Allahabad, una ciudad que en tiempos normales tiene una población de 1,2 millones.

Unos veinte millones se habían concentrado en la inmensa zona reservada a los peregrinos, en las orillas del río sagrado, precisó Ashok Sharma, uno de los portavoces del festival.

Miles de policías y de voluntarios encargados de dirigir a toda esta marea humana pedían a los peregrinos que se bañaran rápidamente en el agua gélida, para dejar espacio a los siguientes.

"Se estima que el número de personas que va al río es de unos 20 millones, según nuestras observaciones aéreas desde helicópteros, nuestras cámaras y nuestra gente en el terreno", añadió el portavoz.

La "Maha Kumbh Mela", que comenzó el 14 de enero y concluirá a inicios de marzo, se celebra cada doce años en Allahabad (Uttar Pradesh, norte) y reúne a lo largo de 55 días a unos cien millones de hindúes, lo que convierte esta celebración en la mayor del mundo.

Los baños tienen lugar en la confluencia de tres ríos sagrados: el Ganges, el Yammuna y Saraswati. Los peregrinos creen que bañarse en estas aguas los limpia sus pecados y los libera del ciclo de las reencarnaciones.

La fiesta tiene su origen en la mitología hindú, que cuenta que algunas gotas del néctar de la inmortalidad cayeron en las cuatro ciudades que acogen la celebración: Allahabad, Nasik, Ujjain y Haridwar.

A pesar de la hora temprana y la temperatura glacial del agua, por cierto muy contaminada, los peregrinos dijeron estar regenerados por la experiencia.

"Sencillamente, es una experiencia que no es de este mundo", explica Swapna Bhatia, un decorador de interiores procedente de Nueva Delhi. "Ahora me siento totalmente ligero".

"Entrar en el río puede cambiar tu vida para siempre", asegura Malti Devi, de 65 años, que ha venido desde Londres.

La mayoría de los fieles sumerge la cabeza en el agua. Otros beben un trago o llenan una cantimplora para llevársela a su casa.

A pesar de su importancia en los ritos del hinduismo, el Ganges padece la contaminación derivada de la industria y de la implantación de millones de personas en sus orillas, que transforman sus aguas claras que nacen en el Himalaya en una corriente fangosa llena de detritus.

Por AFP

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