May Myat Noe, de 16 años, estaba viviendo un sueño. Esta joven birmana, procedente del que hasta hace poco era uno de los regímenes más cerrados del mundo y donde hace tan solo tres años era impensable que una de sus ciudadanas participara en un concurso de belleza, había ganado en mayo el certamen surcoreano Miss Asia Pacific World. El premio, una tiara cuajada de piedras preciosas y el comienzo de una carrera como rutilante estrella del pop en Seúl. O eso creía ella. (Ver galería A reina le quitan título por "ingrata" y "mentirosa").
Cuatro meses más tarde, May se encuentra de vuelta en su ciudad, Yangon, y está inmersa en una dura disputa con los organizadores del concurso de belleza. Estos le han retirado el título, la acusan de haber mentido, de ser de poco fiar y de "ingrata". Según ellos, la joven ha regresado a Birmania después de que la compañía le pagara una operación de aumento de pecho, como parte de los planes para lanzarla al estrellato, y no ha devuelto la corona, valorada en 100.000 dólares (unos 76.000 euros), pese a haber sido 'destronada'.
Según May, los organizadores falsificaron su edad -declararon que tenía 18 años- y la presionaron para que se sometiera a la operación, que niega haberse hecho.
Las presiones, según ella, no se quedaron allí: también debía ofrecer servicios de compañía a altos ejecutivos "cada vez que los requirieran", con vistas a recaudar fondos para su futuro disco.
En una rueda de prensa en Yangon, la joven ha rechazado las acusaciones y ha asegurado que solo devolverá la tiara cuando reciba una disculpa formal.
"Es natural que sienta que debo exigir una disculpa para rectificar el daño que han hecho a la integridad de mi país", afirmó la joven. Según ella, regresó a Yangon antes de que se le retirara el título y solo al llegar a su casa supo que le reclamaban el valioso tocado.
En Seúl, el fundador del concurso, Choi Youn, negó tajantemente las acusaciones de May y aseguró que su compañía se prepara para denunciarla ante la policía.
Miss Asia Pacific World ya se ha visto rodeado de la polémica en otras ocasiones. En 2011, la galesa Amy Willerton, de 19 años, aseguró entre otras cosas que las participantes no recibían más que una comida al día.