La muerte del ''Ratón miguelito'' el pandillero mayor de Cali

A sus 13 años, 'El Ratón Miguelito' es el jefe de la minipandilla 'Los duros del cobre', grupo de niños delincuentes que puede considerarse como las "divisiones inferiores" de una pandilla "de grandes" que opera en Siloé: 'Los gatos de La Estrella'.

El Espectador
23 de diciembre de 2012 - 12:24 p. m.
La muerte del ''Ratón miguelito'' el pandillero mayor de Cali

El 'ratón miguelito' se desperezó concienzudamente en el camastro de cartones y papel periódico. Con una mano mugrienta trató de cubrir el sol que le hería los ojos, mientras con la otra tomó el frasco de pegante. Una aspirada profunda seguida de un violento ataque de tos, lo convulsionó durante unos momentos.

Con puño de hierro, 'El Ratón Miguelito' controla su banda, conformada toda por menores de 14 años, les cobra "impuesto" por permitirles participar en sus robos, reparte con ellos en estricto orden las ganancias y los castiga físicamente -incluso con la muerte- cuando le fallan.

El nombre de la minipandilla del 'Ratón Miguelito' se origina en su actividad más específica: robar cable telefónico de los postes para sacarle el cobre del interior y venderlo en la 16, la tradicional calle de los ladrones.
Pero no es su única actividad. También roban en la puerta de los almacenes a señoras jóvenes y bonitas con las cuales utilizan un infame sistema: cuando las ven salir cargadas de paquetes, se les  abalanzan por detrás y les jalan fuertemente la minifalda hasta el piso dejándolas en ropa interior.

La reacción lógica es soltar los paquetes lo cual es aprovechado por 'los duros del cobre'.

De vez en cuando los 'gatos de La Estrella' llaman a 'Miguelito' para que les colabore en negocios grandes. Los niños son utilizados para penetrar en apartamentos por pequeñas ventanas o huecos. O como campaneros para avisar la llegada de la policía. También los emplean como mensajeros en negocios de droga.
Para entrevistarlo, tuvimos que gastarle almuerzo a él y a otros dos 'duros del cobre'. Les preguntamos si ha matado a alguien.

-"¿Yo? iPues claro!... acá abajo toca ... iO te matan a vos .. .!".

-¿Cuántos?

-"iUfff! Yo ni me acuerdo... ".

Se apretujan en torno a la chuleta ya fría, y van salpicando los recuerdos.

-¿Te acordás del 'negro'?

-iA ese HP lo levanté por faltón... !

- ¿Y la 'monita'?

- De eso no hablemos. Y se pone hosco.

Después habríamos de saber que la 'monita', una linda niñita de Siloé, muy desarrollada para sus 11 años, murió porque cometió el delito de charlar con un niño de otra pandilla. 'El Ratón' no la perdonó y cuando la volvió a ver le metió un tiro entre las cejas.

Andan armados. Uno, con 38 largo; 'El Ratón', con nueve milímetros. La mayoría con cuchillos filosos y usados.

-"Ve, periodista, ¿conocés la 'puñalada marranera'?" .

De inmediato se para a explicar.

- "Cogés el cuchillo bien fuerte y se la pegás aquí, abajito del ombligo. Cuando sintás que tocó la cacha, que está todo dentro, entonces levantás hacia arriba, así, hasta el pecho ... ".
Según 'El Ratón', no hay futuro alguno.

"A nosotros nos van a voltiar cualquier día... por eso no pensamos en lo que va a pasar después. Vivimos al día, ¿entiende?... yo sé que cualquier madrugada voy a amanecer con la jeta llena de hormigas en una chamba, pero eso sí, ¿sabés vos?... primero me voy a llevar a un poco con esta...". Y palmea la nueve milímetros.

En Cali funcionan más de 100 pandillas, todas con sus "divisiones inferiores" o minipandillas. Gracias a Eduardo Varela López, asesor de fomento económico y competitividad, ha surgido Corjucali, una respuesta al problema.
"Tenemos hasta ahora 5.300 reinsertados de las más peligrosas pandillas de Cali, organizados en cooperativas o microempresas. La orden del alcalde Jhon Mario Rodríguez es que cada secretaría o dependencia municipal debe entregarles un 10 por ciento de los contratos normales de limpieza, vigilancia, aseo o mantenimiento, a las microempresas de Corjucali".

Sin embargo, la orden todavía no se cumple. Algunos funcionarios se niegan de plano a colaborar con los jóvenes. Algunos, también, han sido destituidos por esto.

El alcalde, de su propio bolsillo, ha puesto cinco millones de pesos para ayudar a Corjucali. También han lanzado bonos de apoyo para vender en las empresas. Hacen paseos de integración y jornadas cívicas como la limpieza del río Cali.
Es de noche. Siloé: un inmenso pesebre que navega en el calor caleño. En lo alto, sigilosos, los "duros del cobre" salen a la calle. 'Miguelito' los ha llamado para hacer un cruce.

"Es algo limpio y seguro - les ha dicho-, entramos al granero, encañonamos a la gente y nos vamos con 100 mil o más billetes. No tiene pierde". Pero, cuando entran al granero el propietario se enoja.

"¿Qué pasa? Yo pago protección a 'los gatos de La Estrella', ¿por qué me asaltan...?".
No quiere colaborar, alza la voz y agita las manos.

-"Cállese y quédese quieto... ", le dice el 'Ratón Miguelito' con voz aflautada pero autoritaria.

- "iCuál cállese ni qué carajos!", grita el propietario. Error.
Sin chistar, 'Miguelito' le clava la pistola en el prominente estómago. Y dispara. Dos minutos después, escapan con un magro botín, no más de 30 mil pesos.

He buscado a los 'duros del cobre' por todos lados para concluir el reportaje. Por fin los encuentro, en la 15 con 15, "voliando cigarrillo". Éste es un sistema para robar relojes muy original y cruel.
Cansados de perder relojes, los conductores se los ponen en la muñeca derecha para "no dar  papaya". Los gamines se les acercan y les colocan el cigarrillo encendido en el brazo izquierdo. La reacción instintiva es cubrirse la quemadura con la mano derecha. Entonces les arrancan el reloj .

'El Ratón' está retrechero y se niega a hablar. Los muchachos nos comentan que anoche hubo un "cruce medio raro" y que 'Miguelito' tiene problemas con los 'gatos de La Estrella'.

-Hablamos con 'Paquito', 'El Greñas', 'Lucho' y 'La Hormiga'. Todos dicen que la cosa está "maluca" y que todo depende de una reunión que tendrán esta noche en lo alto de Siloé.
Nos despedimos del 'Ratón' con un grito. Él nos mira, con rostro avejentado por la contrariedad.

-"Mañana nos vemos... ", le digo.

- "Quién sabe", contesta 'El Ratón'.

Al día siguiente, bien temprano, madrugo a sintonizar a Álvaro Miguel Mina, de Caracol, en mi radiecito del Deportivo Cali. Cuando escucho el titular de "masacre en La Estrella" me pasa un frío a lo largo de la espina dorsal.
Tengo apenas tiempo de agarrar fotógrafo y trepar por las callejuelas empinadas de Siloé. En lo alto, donde el clima es diferente, encuentro al 'Ratón Miguelito' tendido boca arriba con las piernas cruzadas como si estuviera dormido.
Sus brazos descansan a lado y lado del cuerpo. Muy cerca, las zapatillas mugrientas perdidas en una carrera inútil. Más allá, a pocos metros, identifico los cadáveres de 'La Hormiga' y de 'El Greñas'. Todos tienen balazos en la cabeza y señales de haber sido torturados antes de morir.

Abajo, la ciudad bulle y resuena como un hormiguero gigante. Hace frío.

(*) publicada en marzo 11 de 2002
 

Por El Espectador

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