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Las autoridades de la Oficina de Turismo de Puerto Princesa, en la isla Palawan (Filipinas), presentaron el pasado lunes al público la que sería la perla más grande de la que se tiene constancia. Pero su descubrimiento se remonta a hace una década cuando un pesquero la encontró mientras navegaba.
Hace diez años, el hombre, cuya identidad no se conoce, estaba pescando en su embarcación cuando el ancla, durante una tormenta, se enganchó a lo que en un principio pensó que era una roca. Pero al intentar liberar su barco, se dio cuenta de que lo que lo retenía era una almeja gigante, que en su interior tenía una perla de 70 centímetros de largo, 30 de ancho y 34 kilos de peso.
El pescador se lanzó al agua, cogió la almeja y la llevó a su casa. Pero no lo hizo con un interés económico, sino con la esperanza de que la almeja, y la perla en su interior, lo protegieran de la mala fortuna. Por eso durante diez años la guardó bajo su cama en su casa de madera. Pero a principio de este año, su casa se incendió por lo que creyó que esta ya no le servía.
El hombre decidió entonces llevarla a la Oficina de Turismo de Puerto Princesa. Al tenerla en su poder, aunque las autoridades no vieron en ella un amuleto, sí se dieron cuenta que la perla gigante podría servir para atraer a turistas curiosos a la isla.
Aunque ya está expuesta al público y son varios los turistas los que ya han llegado a la isla con la esperanza de tomarse una foto con la perla, la Oficina de Turismo de Puerto Princesa espera que gemólogos expertos determinen la autenticidad del objeto.