La primera santa de Colombia

Ayer, tras aprobarse el segundo milagro de la Madre Laura que sanó de una infección mortal a un médico paisa, el papa Benedicto XVI certificó su canonización.

Redacción Vivir
20 de diciembre de 2012 - 10:00 p. m.
La madre Laura murió en Medellín en octubre de 1949.
La madre Laura murió en Medellín en octubre de 1949.

El pasado miércoles, la comunidad católica de Colombia amaneció distinta. Se despertó, seguramente, llena de alegría cuando los medios anunciaron la noticia que llevaba esperando desde hace casi 50 años: la madre Laura será canonizada; Ella, una antioqueña que hasta los últimos días de su muerte se dedicó a abogar por los indígenas, se convertirá en la primera santa del país.

La madre Laura, que nació en Jericó, Antioquia, en 1874, que creó un colegio para ayudar a los indígenas, que fundó las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena y que escribió más de siete libros, es hoy el más grande orgullo para las religiosas del país. Así, por lo menos, lo siente Surama Ortiz, la secretaria general de la comunidad misionera.

“Hoy, cuando las mujeres aún son vulneradas en muchos espacios y todavía tienen que luchar contra la corriente como la madre Laura, es una inmensa alegría que haya una santa en Colombia. Es un reto; nos exige una mayor entrega”, dice.

En horas de la mañana de ayer, con la aprobación de un decreto que reconoce el segundo milagro de esta monja antioqueña, el papa Benedicto XVI puso fin a un proceso que se inició en junio de 1963, cuando fue proclamada Sierva de Dios. Desde entonces, se han tenido que superar una serie de etapas que incluyen minuciosas investigaciones, varias entrevistas e infinidad de análisis médicos.

Tres años después de que el papa Juan Pablo II la nombrara venerable (1991), apareció el primer acontecimiento que la conduciría a la beatificación. Se trataba de la sanación de Herminia González Trujillo, una señora que, con 87 años, padecía un cáncer de cuello uterino y una intensa hemorragia interna. Tras soportar los fuertes dolores durante un año y varios tratamientos médicos, decidió ir hasta el barrio Belencito, Medellín. Allí, en la sede de la comunidad que fundó la madre Laura, le pidió en voz alta a la religiosa que le sanara su enfermedad.

Ese fue el último día de sufrimiento. Esa fue la última vez que la agobiante hemorragia estuvo presente en el cuerpo de Herminia. Los tumores, inexplicablemente, también desaparecieron sin dejar rastro aparente.

Por ese milagro —y luego de que el Colegio de Oncología de Italia reafirmara que el hecho no tenía explicación científica—, la proclamaron beata en 2004. Y, un año más tarde, con otra misteriosa curación, el camino a la santificación se hacía cada vez más posible.

Era enero 2005 y el doctor Carlos Eduardo Restrepo, quien tenía un diagnóstico de lupus y de polimiositis refractaria, empezó sufrir graves episodios febriles. La causa: una infección provocada por una perforación en el esófago. Ante una muerte inminente, él, como le contó a El Espectador, le dijo a la madre Laura: “Madre, ayúdeme a salir de este trago tan amargo y yo la ayudo a subir a los altares”.

Extrañamente, 15 días después de aquella petición, la perforación había desaparecido por completo.

Ahora, cuando la comisión de cardenales de la Santa Sede en Roma aprobó ese milagro —ya el equipo oficial de médicos de la Congregación para la Causa de los Santos y de teólogos lo había avalado—, la madre Laura por fin será proclamada santa. Y aunque aún no se sabe la fecha y el lugar exactos del acto —que se confirmarán en febrero de 2013, después de una reunión episcopal en el Vaticano—, lo cierto es que Colombia ya tiene su primera santa.

 

Por Redacción Vivir

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