'Si me extrañas, mándame un chat'

Aunque con muchos contradictores y riesgos, las redes sociales se han convertido en aliadas para encontrar pareja y mantener unidos a los amantes, a pesar de la distancia.

Redacción Actualidad
19 de septiembre de 2015 - 04:24 a. m.

Amor libre, amor a distancia, amor intenso, amor entre hombres, entre mujeres, entre amigos. Son tantas las formas en las que se concibe este sentimiento en una relación de pareja y muchos más los caminos para encontrarlo. Los más nostálgicos extrañarán cómo se enamoraban en los tiempos de antaño, a algunos los invadirá la melancolía al recordar las cartas eternas o los telegramas que enviaban a sus amantes que estaban lejos y otros más sostendrán que sus maneras de conquistar eran más sanas y mejores.

Lo que no se puede obviar, por ninguna razón, es que desde que la tecnología tuvo un avance significativo y tomó más espacios en las vidas de las personas no hay un escenario que escape de sus tentáculos, ni siquiera el amor. Viejos son ya los tiempos del chat grupal, sin embargo, pudo ser el punto de partida de una nueva forma de relacionarse. Hoy son numerosas las plataformas sociales destinadas a encontrar pareja, que se suman a las que, aunque no tienen esa única finalidad, también mantienen unidos los corazones cuando de kilómetros se trata y que, en últimas, son la tecnificación de las maneras de comunicarse.

Como es natural, hay quienes tienden a satanizar las redes sociales y la internet, pero no sería justo desconocer sus ventajas en el amor. Un estudio de investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, junto a la Universidad de Hong Kong, en China, muestra que, por ejemplo, las parejas que están lejos pueden crear lazos más fuertes que las que están geográficamente cerca debido a que su comunicación es más constante y profunda y se tiende a idealizar la figura del otro. ¿Qué podría facilitar este resultado? Por supuesto, la tecnología.

 

La psicóloga y sexóloga Flavia Dos Santos considera que las redes sociales son un punto positivo entre las personas y para las relaciones a distancia. “Las parejas pueden tener una sexualidad activa a pesar de estar lejos, con el toque y la masturbación. Como están protegidos de alguna manera por la pantalla son más desinhibidas y atrevidas, y esta práctica se convierte en un buen ejercicio de autoconocimiento”, indica.

Por su parte, Victoria Cabrera, investigadora del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana, señala que aunque las redes sociales facilitan un contacto, no hay una relación sexual a través de la presencialidad, que sería lo ideal. “Nunca reemplazarán el contacto físico. Son un medio provisional que puede facilitar una separación temporal, ya sea por un viaje”, expresa.

No obstante, fuera de estos momentos de erotismo, las nuevas tecnologías podrían profundizar los problemas y los celos, al permitir tener una vigilancia constante sobre las actividades de la pareja. Dos Santos considera que debe haber reglas y que no se puede controlar al otro. “La persona debe trabajar sus inseguridades. Los celos no son una forma de amor, sino la más pura demostración de egoísmo. No se debe desconfiar ni se debe estar revisando lo que pertenece al espacio personal. Por ejemplo, no espiar conversaciones. ¿Cuál es la diferencia entre eso y agarrar un carro y seguir a una persona?”, agrega.

Otro punto que destaca la experta es que la tecnología no sólo permite que las personas se aproximen con más facilidad que antes, sino que lo hacen desde una barrera que protege. “Si pensamos en veinte años atrás, se cuadraba una cita, se encontraba en un bar y la persona se exponía, sobre todo las mujeres. Y no sólo te protege desde el punto de vista físico, sino emocional, ya que si no sientes que comparten gustos o valores, lo puedes dejar”, indica. Aunque Dos Santos no pasa por alto conocidos casos en los que el contacto a través de redes sociales no ha tenido finales felices, considera que la internet no es la culpable. “Los locos siempre van a existir. No es que vivíamos en el paraíso y la internet fue la manzana que nos sacó de ahí. Ya vivíamos en el peligro y las relaciones, tanto presenciales como virtuales, tienen sus riesgos”, precisa.

En contraste, Cabrera cree que el hecho de que sea más común el contacto con personas desconocidas las hace más peligrosas. “Antes una relación se daba con el amigo de un primo o la amiga de la novia de un amigo: había una referencia de confiabilidad, aunque fuese un desconocido. Hoy no hay un mediador y nos podemos encontrar con personas con mala intenciones”, concluye.

Con riesgos y aciertos, las nuevas tecnologías innovan cada vez más en un intervalo de tiempo menor y determinan pautas en las relaciones sociales en un escenario en el que resulta casi imposible quedar por fuera de ellas. Esto significa tener una gran capacidad de adaptación al cambio, tomar las precauciones necesarias y asumir las responsabilidades para que lo último que pueda salir perjudicado sea el amor.

Por Redacción Actualidad

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar