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"Sonreía mientras me amputaba el brazo"

En 2003 Aron Ralston se vio obligado a automutilarse para salvar su vida. La dolorosa experiencia se convirtió en la mayor enseñanza.

Pablo Correa
31 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
El montañista norteamericano Aron Lee Ralston años después  de amputar su propio brazo para salvar su vida.  / Cortesía.
El montañista norteamericano Aron Lee Ralston años después de amputar su propio brazo para salvar su vida. / Cortesía.

Es fascinante escuchar a Aron Lee Ralston, el montañista estadounidense que en mayo de 2003 usó una navaja barata para amputarse el brazo y liberarse de la roca que le había caído encima mientras escalaba un barranco en el estado de Utah. Uno sabe que cada una de las cosas que dice esconde la sabiduría de alguien que ha caminado hasta el borde de la vida y la muerte.

Aron estará este 11 de septiembre en el Foro de liderazgo organizado por El Espectador. Compartirá su visión sobre el dolor, el liderazgo y las decisiones difíciles en la vida.

¿Podría adelantar algunas de las ideas de la conferencia?

Voy a compartir algunas reflexiones de mi vida y especialmente la historia sobre aquel accidente de 2003 cuando estaba en Utah y fui a caminar en el desierto, en un cañón y mi brazo quedó atrapado en una roca por casi una semana. Muchas personas están familiarizadas con mi historia por la película 127 horas. Hablaré sobre ese momento e intentaré extraer de allí las lecciones que aprendí. Generalmente me gusta convertir mi historia en una metáfora de los bordes de la vida que todos enfrentamos.

¿A qué se refiere con los bordes de la vida?

A la adversidad, a los retos. A veces en nuestra vida tenemos dificultades en las relaciones de familia, como divorcios o la pérdida de alguien, enfrentamos la enfermedad, preocupaciones financieras, miedos. A donde mires siempre te estás enfrentado a la adversidad. Lo que quiero hacer es ayudar a las personas a tomar en perspectiva esos retos. Para mi la amputación fue una de las mejores cosas que me pasó. Si no nos enfrentamos la adversidad nunca vamos a aprender qué es lo importante para nosotros, de lo que somos capaces, nunca vamos a alcanzar nuestro potencial en la vida. Y muchos aspectos de nuestra vida sólo vienen de ir a los bordes.

No pude dejar de pensar en el dolor después de leer sobre usted. Tengo curiosidad por saber qué pasa en esos instantes extremos. ¿Cómo reacciona la mente?

Fue extraordinario. Yo estaba sonriendo mientras me amputaba el brazo. Mientras lo hacía tenía una sonrisa en mi cara. Pienso que esta es una de las grandes lecciones de mi vida. Ese borde me mostró lo que era posible en mi vida, de lo que soy capaz. Sólo aprendemos de que estamos hecho cuando atravesamos la adversidad.

¿Pero en esas situaciones de dolor, nuestra mente cambia la forma como percibimos la realidad? ¿Usted sentía dolor y lo controlaba o su mente bloqueo el dolor?

En ese momento sentí la sensaciones mas increíble que un ser humano puede sentir y que llamamos dolor. Era un dolor 100 o 1000 veces mas intenso que el dolor común. Pero yo sonreía porque la sensación esta asociada al significado que le das. Si te niegas a sentir ese dolor, se genera sufrimiento. Pero para mi aquel dolor era una señal de que estaba progresando y con el progreso me acercaba a la libertad, y con la libertad recuperaba mi vida. En cada minuto que pasaba amputándome el brazo sabía que estaba un minuto más cerca de salir del lugar en el que iba a morir y tendría un chance.

¿Y en qué pensaba?

Mientras más me acercaba a la libertad sentía esa sensación increíble de euforia, no del dolor sino de la alegría de volver a mi familia, de recibir quizás un abrazo de mi mamá, de tener algún día un hijo y una familia. Todas las posibilidades de la vida estaban en ese momento para mi.

¿Cuál es la pregunta que más le hacen después de esta experiencia?

Lo que más preguntan es cómo me adapté a no tener la mano derecha siendo diestro. La gente tiene mucha curiosidad sobre como cambien de lado dominante. También todos los retos que enfrente después del accidente.

¿Le gustó la película sobre su vida?

Me gusta mucho. Creo que es muy auténtica y muy precisa en la forma como retrata mi experiencia. Es una película poderosa. Es fantástica.

En Colombia hemos tenido una larga guerra, mucha gente convive con memorias dolorosas y difíciles. ¿Cuál es su consejo para convivir con esos recuerdos?

Nunca he tenido ese tipo de experiencia pero creo que es el mismo consejo para cualquier circunstancia similar. Ante los recuerdos dolorosos cada uno debe decidir si el trauma va a convertirse en una tragedia o en un triunfo. Yo decidí que sería una de las mejores cosas que me pasaron.

¿De qué se trataba la vida para usted antes del accidente y de qué se trata ahora?

Hay muchas diferencias después de 11 años de ocurrido el accidente. Antes de eso vivía una vida de aventura, con amigos y buenas relaciones con familia, pero no ponía mucho énfasis en esas relaciones. Pensaba sólo en mí. Iba solo a mis caminatas. Y no compartía esa soledad. Ahora hago las mismas actividades, pero tengo dos hijos, mi esposa, que cambiaron mi vida, ahora se trata de estar con ellos. De compartir la vida con mis amigos y familiares.

pcorrea@elespectador.com

@pcorrea78

El Foro de liderazgo se llevará a cabo el próximo 11 de septiembre en Compensar de la Avenida 68.
Compra de boletas en el teléfono 4055540 / Opción 3. ¡Últimos cupos! 

Por Pablo Correa

 

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