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"Todas las feministas tenemos un patriarca adentro":Florence Thomas

Con esta frase, la feminista francesa arrancó su participación en el encuentro de escritores Luis Vidales en la ciudad de Calarcá.

Jahel Mahecha Castro
16 de agosto de 2012 - 07:42 p. m.
Florence Thomas asegura que a las mujeres les falta confiar más en sí mismas.
Florence Thomas asegura que a las mujeres les falta confiar más en sí mismas.

"¿Cuantos libros hay en nuestra casa escritos por mujeres? N

uestra literatura ha sido desde siempre de segundo orden". En diálogo con El Espectador, la escritora colombo-francesa habla sobre logros de la mujer en la literatura, el amor como una salida para la paz, del erotismo y de género.

¿Existe en la actualidad una forma femenina de hacer literatura?

Las mujeres no tenemos la misma manera de habitar e interpretar el mundo. Más que hablar de la escritura de la mujer, yo pienso que hay que construir una cultura incluyente donde todos podamos expresarnos. No se trata de escribir tan bien como los hombres o de caer en fundamentalismos. El objetivo es que las mujeres escriban como queremos, sin que nos corrijan desde parámetros machistas.

¿En qué momento llega la mujer a la escritura, a la lectura, al saber?

A partir del momento en que la mujer empieza a entender que es sujeto de derecho. Antes éramos puramente objetos sexuales de los hombres y hacían de nosotras lo que querían. Fuimos esclavas, putas, hechiceras, damas, señoritas, señoras. Nos hicieron creer que la anatomía era nuestro único destino. Desde el instante en que entendimos que mujer no es igual a madre, sino que mujer también era sujeto de derechos y de palabra, fue que nos aventuramos a expresarnos y a utilizar la escritura como un mecanismo de liberación.

¿El erotismo tiene una connotación machista?

Ya no, porque las mujeres hablan abiertamente de erotismo. Desde que se rompió con el modelo de la mujer ideal, creo que se puede hablar de erotismo femenino. Sin embargo, este concepto es muy reciente.

En ese caso, ¿el amor desde siempre ha sido un concepto feminista?

Las mujeres vemos y entendemos el amor desde una perspectiva distinta a la de los hombres. Los tiempos han cambiado pero el amor sigue ahí. El amor ya no es el centro de nuestra vida. Ya no podemos sacrificar todo a nombre del amor. Esa cultura del amor nos dio muchas felicidades pero también muchas desgracias. Es que antes las mujeres necesitábamos ser amadas para existir. Ahora, nuestra concepción ha cambiado.

¿Por qué plantea que el amor puede ser un camino en la construcción de paz?

Mire usted que todos los días en los medios se muestran casos de mujeres víctimas de la violencia. En la gran mayoría de estas historias los victimarios son hombres que guardan algún tipo de relación con las víctimas. Casi el 70 por ciento de los violadores son hombres que ellas conocían. Esto ocurre porque no hay espacios para hablar del amor. En el colegio nunca nos hablaron del amor. Todo se resume a clases de sexualidad. Nadie nos habla del amor y de lo que circula ahí. Si somos conscientes de su importancia quizás esas dinámicas de violencia cambien. Necesitamos un diálogo horizontal.

¿Alguna vez ha escuchado su voz interna masculina?

Por supuesto. Todas tenemos un patriarca adentro. Seguramente a veces habla el patriarca cuando hablo, aunque yo trato de ahogarlo y de callarlo pero es difícil. A veces ese pequeño patriarca revela la tendencia a que me guste el poder, un poco como a los hombres. Es difícil confesar esto, pero me gusta que me admiren, que me reconozcan. A quién no. Pero eso es algo con lo que lucho a diario. Uno no puede arrancar en cinco minutos la cultura machista, aunque estamos en eso.

¿Cuál es su libro erótico de cabecera?

Un libro llamado "la vida sexual de Catherine M.", donde esta autora francesa (Catherine Miller) describe todas sus aventuras eróticas con centenares de hombres. Ella cuenta los espacios donde tuvo esas fantasías: un carro, un ascensor, un baño y maneja distintos tiempos. Hay muchas novelas como El amor en los tiempos del cólera que a mí me fascinaron. Es un homenaje a los amores de la tercera edad, que aún sigue siendo un tema tabú.

¿Cuál es el principal problema que usted identifica en el género?

Nos falta creer en nosotras mismas. Somos las primeras en criticarnos, somos duras con nosotras mismas. Eso tiene que cambiar. Tenemos que creer en nosotras y confiar en la palabra de la otra. No es fácil, teniendo en cuenta que tenemos cinco mil años encima de cultura patriarcal y machista, pero no es imposible.

¿Cómo es su relación con sus hijos, Nicolás y Patrick?

Siempre he estado muy contenta de tener hijos varones. Yo tenia mucho miedo de tener una hija, me parece que esa cultura machista de décadas atrás hacía que fuera imposible no correr riesgos. Creo que logré educar a mis hijos para que fueran muy sensibles con la realidad de las mujeres. Ellos las admiran enormemente, son muy solidarios con el feminismo, incluso a veces son más feministas que yo.

¿Amor y erotismo son cosas indisolubles o completamente diferentes?

El amor es una palabra inmensa. El amor líbidinal es una de ellas. Ese es el amor que va al erotismo, que enciende la sexualidad, que significa la circulación del deseo entre personas del mismo o de diferente sexo. Es muy bueno decir amor y erotismo cuando hay un deseo de estar con el otro, de las ganas de fusionarse con el otro.

¿Hay que repensar la unión matrimonial?

Creo que es un concepto en desuso. Hay que repensar el matrimonio y pensar en nuevos ritos como las uniones de hecho, el matrimonio civil. Lo único que tengo claro es que si se está dentro del matrimonio se debería hacer una pausa cada siete años para volver a pensarlo.

Por Jahel Mahecha Castro

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