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Freddy vivía en uno de los bosques de Brasil pero un incendio tuvo lugar allí. En el incidente la tortuga perdió el 85% del caparazón y desarrollo un cuadro de neumonía grave. A pesar de esto, Freddy resistió y logró sobrevivir 45 días sin agua y sin comida.
La historia conmovió a Cicero Moraes, diseñador brasilero y miembro de un grupo de rescatadores de animales residentes en San Pablo. Gracias a su conocimiento sobre el tema y basándose en fotografías de Freddy, Moraes diseñó, en un programa de 3D, el caparazón del animal.
El siguiente paso para ayudar a la tortuga estuvo a cargo del cirujano dental Paulo Miamoto. Fue él quien pasó el trabajo que había hecho Moraes de lo digital a lo físico por medio de una impresora 3D. Freddy es el primer animal de su clase en recibir un caparazón completamente hecho con esta tecnología.
La coraza fue impresa en blanco pero dentro del grupo de personas que ayudaron a Freddy había un artista que ayudó a decorar el caparazón de colores naturales para darle una mejor apariencia.