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Tres bellos viajes

Unos 1.272 kilómetros recorridos en tres semanas en busca de los paisajes más espectaculares que contrastan con la belleza de las candidatas al Concurso Nacional de Belleza.

Redacción Vivir
12 de octubre de 2014 - 02:00 a. m.
 El parque del Cañón del Chicamocha, en Santander./ Fotos: Cortesía revista Cromos
El parque del Cañón del Chicamocha, en Santander./ Fotos: Cortesía revista Cromos
Foto: Gustavo Martinez

Veinticuatro jovencitas salieron de Bogotá con un mismo objetivo: aparecer en una de las tres portadas que conforman el Minicromos 2014. A primera vista todas hicieron la tarea y llegaron con cuerpos tonificados y looks muy naturales. Lo que la mayoría no se imaginó es que más que belleza, lo que verdaderamente cuenta en una producción de este nivel es la actitud.

¿La razón? En un Minicromos el tiempo es oro. Cada segundo de luz natural que se tenga para las fotografías es garantía de un resultado exitoso. Si a esto se le suma que en Cromos no nos gusta irnos por el lado fácil, no es exagerado decir que más que un trabajo, fue toda una aventura que puso a prueba a más de uno.

La primera parada fue Santander. Allí las candidatas de Atlántico, Bucaramanga, Caquetá, Córdoba, La Guajira, Huila, Meta, Santander y Valle, así como el equipo de 30 personas que las acompañaban incluidas las chaperonas que las cuidan, fotógrafo y asistentes, maquilladores de Jolie de Vogue, conductores, policías, personal de planta de la revista y productores de campo, aprendimos que en septiembre este lugar puede ser más caliente que Cartagena y, que a la hora de calcular distancias, siempre es mejor sumarle una hora más a lo que cualquier santandereano asegura. Claro que para algunos las dos horas en carretera destapada, desde Curití hasta el municipio de Cabrera, no fueron nada en comparación con los 30 minutos que duró atravesar el Cañón del Chicamocha en teleférico. La altura y el viento dejaron en evidencia las inseguridades de más de uno.

El grupo que viajó a Armenia tuvo que lidiar con lo opuesto. Durante los cinco días de producción la lluvia no desamparó ni de noche ni de día a las candidatas de Bogotá D. C., Cesar, Chocó, Norte de Santander, Quindío, Risaralda, San Andrés, P. y S. C., y Sucre, quienes tuvieron que mostrar su mejor sonrisa mientras posaban en vestido de baño a 10 grados centígrados en las calles de Salento y en medio de guaduales en el Parque Nacional del Café. O incluso cuando fueron las primeras personas en escalar el Barranquismo, una pared de figuras hechas sobre una piedra al lado de un barranco en plena ciudad de Armenia, donde la policía tuvo que parar el tráfico y desviar los carros mientras se lograba tener la foto perfecta.

Para el último grupo de candidatas, conformado por Arauca, Bolívar, Boyacá, Cartagena D. T. y C., Cauca y Nariño, el reto estuvo en no desesperarse montadas siete horas en un bus desde Cartagena a Mompox, donde nos quedamos los tres primeros días. Claro que el viaje de regreso compensó cualquier incomodidad. Atravesar el río Magdalena en ferry se demora 45 minutos, pero tuvimos el privilegio de hacerlo en hora y media, y aprovechar el paisaje para que el fotógrafo se inspirara y pusiera a estas jovencitas a mostrar su mejor ángulo frente a la cámara.

Pero más allá de decir cuáles son las que figuran en las tres portadas (que saldrán a circulación el 10, el 17 y el 24 de octubre, respectivamente), lo que hay que saber del Minicromos 2014 es que además de ser una producción exigente con llamados a trabajar todos los días a las cuatro de la mañana; que sin importar si el sol es inclemente, si llueve o truena, las fotos tienen que hacerse; es una experiencia que da disciplina pero que a la vez entretiene. Porque si hubo algo que sobró en estos tres viajes fue actitud, y eso se verá en las páginas de la revista.

Por Redacción Vivir

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