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El conflicto armado también fue con los sectores LGBT

El Centro Nacional de Memoria Histórica prepara un informe sobre los efectos del conflicto en la vida de las personas LGBT del país. Un espejo para reflexionar sobre cómo la guerra exacerbó otras violencias que debemos resolver.

Julio C. Londoño Á. - Vice
27 de septiembre de 2015 - 05:13 p. m.
Cortesía Vice / Cortesía Vice
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 El próximo 10 de diciembre, aprovechando la celebración del día de los Derechos Humanos, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) lanzará su más reciente informe, titulado Esta guerra nos ha impedido amarnos, que pone de manifiesto no sólo el efecto que el conflicto ha tenido sobre las vidas de los sectores LGBT del país, sino también nos pone enfrente un espejo que nos muestra la manera en la que la guerra ha exacerbado otras violencias que tendremos que resolver.

La tesis más importante que recogerá este informe es el hecho de que las violencias sobre las personas LGBT del país no fueron inventadas durante la guerra, sino que existían antes de ella y el conflicto terminó por exacerbarlas. Es decir, existen violencias estructurales que históricamente han estado allí, que se reproducen sistemáticamente y que se recrudecen con el conflicto.

Esta espiral de violencia la ilustra fácilmente el caso de Katia Trillos, a quien conocimos hace algunos meses. Katia se asumió como mujer en Ocaña (Norte de Santander) y, a falta de oportunidades de trabajo, por los prejuicios que recaen sobre las mujeres trans, no le quedó otra alternativa que la prostitución. Esta situación, si bien no tiene que ver con el conflicto armado directamente, terminó por exponerla a las garras de las Águilas Negras que operaban en este municipio. De Ocaña salió amenazada y se desplazó a Bogotá, donde nuevamente fue víctima de la violencia, esta vez a manos de la policía.

Más allá de los fines políticos y económicos con los que suele explicarse el conflicto, el equipo investigativo se encontró con un tercer factor de la guerra: la imposición de órdenes morales por parte de los diferentes actores armados. "Así como yo quiero tener el poder político y económico, también quiero tener un poder social que materializo en la imposición de órdenes morales", explica Nancy Prada, coordinadora del enfoque de género del CNMH.

El informe finalmente recoge una serie de recomendaciones que las víctimas lanzaron al país para garantizar en un escenario de postconflicto la no repetición de este tipo de violencias. Teniendo en cuenta que estas violencias que padecieron tenían su origen en las configuraciones de la sociedad anteriores al conflicto armado reciente, no es posible avanzar hacia la construcción de paz si esas condiciones que hicieron posible la violencia no se cortan de raíz.

Si como sociedad no nos cuestionamos la naturalización de las violencias y continuamos reproduciendo los mismos modelos, no hay opción para una paz sostenible. Esa es quizá la mayor recomendación que dejan las víctimas del conflicto armado de los sectores LGBT al final del informe.

Ingrese acá para conocer más detalles del informe. 

Por Julio C. Londoño Á. - Vice

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