La producción fue hecha en Georgia y su objetivo es hacer reflexionar a las personas sobre las distintas formas en las que las apariencias influyen para formar conceptos sobre otros. En el video se muestra como Anano, una niña de seis años, es dejada sola en Tiflis, Georgia. Para poder evidenciar los prejuicios, los creadores del material dividieron la pieza en cuatro partes. En cada una de ellas, la niña era cambiada de apariencia para ver cuál era la reacción de la gente al verla sola.
Durante el primer fragmento, la niña fue abandonada en un andén vistiendo un abrigo y luciendo bien presentada. En el tiempo que Anano estuvo allí, varias personas se acercaron a preguntarle, entre otras cosas, cómo estaba, cuál era su nombre y cuántos años tenía. La gente que pasaba por ahí mostró preocupación por la menor.
Luego, Anano fue vestida con ropa desgastada y maquillada para que pareciera un poco sucia. En la calle, nadie se le acercó.
Cambiaron de escenario e hicieron la misma prueba dentro de un centro comercial. Cuando la niña entró con ropa bien cuidada, se acercó a las mesas e incluso, en algunas, se sentó. Anano fue bien recibida por todas las personas que comían dentro del lugar. Sin embargo, cuando la volvieron a vestir con la ropa desgastada la menor fue rechazada. Se sintió tan maltratada que salió llorando. Tuvieron que detener el experimento porque Anano se puso muy triste.
Al respecto, la Unicef ha declarado que los niños y niñas que experimentan la pobreza no solo lo hacen en el plano material sino que también la condición económica perjudica la capacidad cognitiva, el crecimiento físico y le resta oportunidades de desarrollo.