Así legalizará Uruguay la marihuana

Óscar Gómez, viceministro de Educación y Cultura de Uruguay. / Óscar Pérez

Si todo sale como el gobierno de Uruguay lo tiene planeado, en el segundo semestre de 2013 ese país se convertirá en el primero en Latinoamérica en regular el mercado de la marihuana. Durante la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas, en Bogotá, Óscar Gómez, viceministro de Educación y Cultura y también miembro permanente de la Junta Nacional de Drogas, le contó a El Espectador cómo se planea que el Estado les venda la marihuana a los uruguayos.

Hace cuatro meses ustedes presentaron ante el Parlamento el proyecto que propone regular el mercado de la marihuana en el país. ¿En qué va el proceso?

Los votos los tenemos. Si quisiéramos votarlo hoy podríamos hacerlo, pero ese no es el estilo de gobierno; nos interesa un profundo debate, no sólo parlamentario sino social. Queremos lograr que otros legisladores entiendan que el paradigma anterior de la guerra contra las drogas fracasó. Aspiramos a sacar adelante este proyecto porque estamos convencidos de que es conveniente.

¿Por qué están tan seguros?

Es el momento. Tenemos el más bajo índice de desempleo de la historia (6%) y por lo tanto podríamos presentar alternativas a la economía informal y criminal. La idea es proteger, promover y mejorar la salud pública y minimizar los riesgos y los daños por el uso del cannabis. El consumo está en manos del crimen organizado y lo que intentamos es regular ese mercado, pues la guerra contra las drogas ha demostrado su total ineficiencia.

Ustedes proponen la creación de un Instituto Nacional del Cannabis. ¿En qué consiste?

El objetivo es que sea el ente regulador de todas las políticas sobre el cannabis. Buscamos que sea el propio productor para permitir una regulación total.

¿Y la distribución?

El Gobierno se encargará de la producción y la distribución, en puntos autorizados y con personal capacitado.

¿Habrá límites en las ventas?

Las personas mayores de 18 años podrán comprarle al Estado sólo 40 gramos mensuales, una cantidad en la que el riesgo de toxicidad es menor. La idea es que el precio sea igual al que hoy maneja el mercado negro, que es de 1,5 dólares por alrededor de 2 gramos. Si fueran precios más baratos estaríamos incentivando el consumo, y si son más caros se favorecería el mercado negro.

¿Cómo van a evitar que no se sobrepasen estos límites?

Cada persona tendrá una tarjeta con un código de barras que tendrá que presentar cada vez que quiera comprar cannabis.

¿Qué pasará con las personas que quieran cultivar en sus casas?

Tendrán que tener autorización y registro y demostrar que la producción va a estar por debajo de 480 gramos anuales.

¿Los turistas también podrán comprarle al Estado?

No queremos caer en errores como los de Holanda, que terminó con un turismo de drogas. Esa tarjeta, sólo para residentes, será el mejor antídoto para evitarlo.

¿No cree que se podría estimular el uso de otras sustancias?

La propuesta incluye aumentos de pena para los crímenes relacionados con otras drogas y campañas de prevención del consumo.

¿Un proyecto similar podría replicarse en Colombia?

No nos aventuramos a decir qué pasaría en otros países. Creemos que por las particularidades del nuestro es el momento de dar un paso, pero reconocemos que como no somos productores de drogas puede ser más fácil.

¿Qué riesgos están corriendo?

Hay poderosos intereses económicos en torno al mercado de las drogas. No podemos pensar que Uruguay va a salir invicto en relación a las grandes tensiones geopolíticas mundiales, pero estamos dispuestos a defender nuestra soberanía y nuestro camino independiente.