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Cambio de estrategia contra dengue y malaria

Con un presupuesto que supera los US$15 millones, un grupo de instituciones colombianas y extranjeras buscan un cambio en la batalla contra estas dos enfermedades.

Pablo Correa
07 de mayo de 2012 - 09:26 p. m.

Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas, nunca saldrás derrotado. El precepto de Sun Tzu en El arte de la guerra no parece cumplirse en la lucha contra dos de las enfermedades que más víctimas letales y no letales cobran en el mundo: el dengue y la malaria.

Aunque el conocimiento sobre estas dos patologías sigue aumentando, también lo hacen las cifras de víctimas. En el caso del dengue, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud reportó un incremento de 30 veces en la incidencia de esta enfermedad durante los últimos 50 años.

Colombia no ha sido ajena a esta tendencia. Pablo Javier Patiño, director de Fomento a la Investigación de Colciencias, así lo reconoció durante la presentación de una nueva estrategia para enfrentar estas dos enfermedades en Colombia (Programa Ecosalud ETV): “en los últimos años se ha generado mucha investigación en torno a las enfermedades infecciosas, pero el impacto de ese conocimiento no se ha visto en la población”. En el país, en lo que va corrido del año se han presentado 11.698 casos y 60 muertes por dengue; y 12.138 casos y 6 muertes por malaria.

Gabriel Carrasquilla, director del Centro de Estudios e Investigaciones en Salud de la Fundación Santa Fe, es quien lidera la alianza entre el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, el Instituto de Salud Pública de México, el Laboratorio de Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela, la Comunidad de Práctica sobre el Enfoque Ecosistémico en Salud Humana de Perú, así como Colciencias y el Ministerio de Salud de Colombia.

Con un presupuesto que supera los US$15 millones, el grupo interdisciplinario busca una estrategia “integral”, en la que más allá de soluciones médicas, se contemplen aspectos sociales, antropológicos, económicos y, lo más importante, ecológicos. Ese ha sido el modelo promovido por los canadienses en otros lugares de Asia y África.

Carrasquilla repite las palabras que escuchó de un miembro de la Organización Nacional Indígena de Colombia, con los que también trabajarán: “No somos los dueños del ecosistema, sino parte del ecosistema”.

En los próximos meses el grupo de trabajo pondrá en marcha seis grandes proyectos en el país: manejo de la enfermedad en comunidades indígenas; diseño de un programa de participación activa con las comunidades de Palmira, Arauca, Neiva y Armenia; una evaluación económica de estas patologías en Colombia; se estudiarán cuatro intervenciones de salud pública que hayan resultado exitosas; una evaluación de factores de riesgo asociados a mortalidad; y por último, un seguimiento a los resultados de investigación hasta lograr que lleguen a las manos de tomadores de decisiones.

Surinam es un ejemplo exitoso en este sentido. Al implementar un programa integral de control logró bajar en 82 por ciento los casos de malaria en cuatro años, pasando de 8.618 casos diagnosticados en 2005 a 1.509 en 2009.

Martha Lucía Ospina, directora de epidemiología del Ministerio de Salud, concluyó que “los servicios de salud solos no pueden controlar estas enfermedades. Tenemos que lograr un control más eficaz sobre el ambiente a través de la vivienda, saneamiento básico, comportamiento de la población”.

Por Pablo Correa

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