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Ejercicios al parque

El TRX Suspension Training es la nueva modalidad que ha cautivado la atención ciudadana.

El Espectador
24 de noviembre de 2012 - 09:00 p. m.
Ejercicios al parque

Los fines de semana se han constituido como los espacios perfectos para que los amantes del deporte y el acondicionamiento físico entrenen. En Bogotá, por ejemplo, la ciclovía atrae cada domingo a miles de personas que salen a caminar, patinar o montar en bicicleta. También los gimnasios son una gran alternativa, aunque no tan económica, para los que quieren tonificar y amoldar su cuerpo con máquinas, pesas y clases grupales.

Sin embargo, desde hace algún tiempo se han comenzado a posicionar otras alternativas para ejercitar el cuerpo y la mente como el taichi, el yoga y el TRX Suspension Training, que además de ser entretenidas y efectivas no requieren de una gran inversión. Los parques se volvieron los espacios ideales para practicarlas por ser cómodos, tranquilos y accesibles.

En Bogotá, el parque El Virrey, por ejemplo, a lo largo de sus más de 100 metros cuadrados cuenta con pistas atléticas, ciclorrutas, barras y un área verde amplia en donde se realizan clases grupales de estas técnicas orientales. Pero la actividad que está acaparando la atención últimamente es el TRX. Este nuevo sistema de entrenamiento físico en suspensión permite realizar más de 300 ejercicios diferentes, utilizando el peso corporal para obtener importantes mejoras en fuerza, resistencia cardiovascular, muscular, equilibrio, flexibilidad y balance.

A pesar de que desde 2010 llegó a Colombia, solamente hasta este año se popularizó. La idea de llevar el TRX a un lugar público y concurrido como El Virrey (este tipo de entrenamiento también se ofrece en algunos gimnasios) fue de Juliana Páez y Deyber Guzmán, una pareja de profesionales en cultura física de la Universidad Santo Tomás, quienes están certificados ante la Fitness Aywhere Inc en este ejercicio.

El proyecto, ambicioso pero a la vez incierto, nació hace ocho meses debido a que estos dos recién egresados no encontraban un trabajo que se adaptara a sus expectativas, así que un día decidieron colgar sus equipos en las barras de El Virrey y hacer las rutinas, esperando a que los curiosos preguntaran por el ejercicio.

“El primer paso consistió en mostrar lo que era TRX y cuando pasaba alguien le decíamos que probara un momento, le hacíamos una clase de 30 minutos y le contábamos los beneficios que le generaría a su cuerpo”, recuerda Guzmán. A medida que fue pasando el tiempo los asistentes empezaron a crecer y las clases aumentaron. Ahora tienen más de 50 clientes, que cada fin de semana llegan, entre las 8:00 a.m. y las 12:00 del día, para hacer una hora de entrenamiento por tan sólo $10.000.

Páez y Guzmán coinciden en que la popularidad que ha adquirido se debe a las ventajas que tiene con respecto a otras modalidades. La más importante es que es un tipo de acondicionamiento fuera de lo común. Para empezar muchas de sus rutinas se asemejan a las del alpinismo, es un ejercicio muy completo durante el cual se llegan a quemar hasta mil calorías y la posibilidad de practicarlo al aire libre resulta muy atractiva. A esto se suma la creatividad de estos dos entrenadores, quienes lo combinan con otras técnicas basadas en movimientos de las artes marciales.

A pesar del clima, que en algunos casos interfiere en el desarrollo de las clases, esta experiencia ha resultado tan exitosa que en otros parques de la ciudad ya se está replicando, posicionando al TRX como una de las ofertas más apetecidas para quienes desean amoldar su figura con una herramienta versátil y sencilla, ideal para todos.

Por El Espectador

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