En el anuncio del descubrimiento del Bosón de Higgs

El colombiano Carlos Sandoval presenció desde el Centro Europeo de Investigación Nuclear el hallazgo científico más importante de 2012.

Carlos Sandoval
29 de diciembre de 2012 - 04:00 p. m.

Para un físico de partículas como yo, es una fortuna vivir en la era del Large-Hadron-Collider (LHC), y un privilegio poder ser parte de uno de los experimentos más grandes del mundo. El LHC es un acelerador de partículas ubicado en el CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear), en Ginebra, Suiza, construido con el objetivo de explorar la escala de energía más alta posible en la Tierra y poner a prueba nuestro entendimiento de la naturaleza.

En el LHC se producen 600 millones de colisiones por segundo, las cuales son registradas por detectores de alta precisión que permiten grabar y analizar toda esta información. Es trabajando en uno de estos detectores (el Atlas), que he tenido la invaluable experiencia de participar en la toma y el análisis de los datos que nos han llevado a la observación de una nueva partícula, posiblemente el tan buscado bosón de Higgs.

Mi trabajo se divide entre dar clases en la Universidad Antonio Nariño en Bogotá y la labor de investigación en Atlas. Fue allí donde, en julio, el CERN anunció un seminario público para presentar los últimos avances en la búsqueda del bosón. Las semanas previas a estas palabras oficiales estuvieron llenas de incertidumbre.

El bosón de Higgs es una partícula predicha por el modelo estándar de partículas, que conforman la teoría que mejor describe los fenómenos que vemos a la escala de las partículas elementales. Su trabajo es dar masa a las demás partículas; es la responsable de que el universo sea como nosotros lo experimentamos hoy y no de otra manera. Su búsqueda lleva ya más de 40 años (Peter Higgs propuso el modelo en 1964), por lo que observarla fue un verdadero hito de la ciencia moderna.

La especulación sobre su descubrimiento empezó tan solo semanas antes del anuncio, cuando los encargados de analizar los datos para la búsqueda del Higgs comenzaron a actualizar sus análisis a 2012. Por los pasillos del CERN comenzaron a correr los rumores sobre qué tan grande era el efecto producido por los nuevos datos y las expectativas crecieron dentro de la comunidad.

La posibilidad de haber observado esta partícula empezó cobrar vida en diciembre de 2011 cuando, en otro seminario, se detallaron los resultados de algunos experimentos, producto de los datos tomados durante ese año. La conclusión en ese entonces fue que a pesar de ver indicios de la partícula, los resultados no eran lo suficientemente confiables (haría falta tener más datos). A junio de este año, con el doble de información recogida, la posibilidad de una observación contundente era mucho más real.

El 4 de julio se hizo público. Ambos experimentos reportaron la observación de una partícula nueva, compatible con el bosón de Higgs. A diferencia del anuncio hecho en diciembre de 2011, en esta ocasión el incremento en el número de datos usados para el análisis permitió establecer que ésta es en efecto una observación experimental de una partícula nueva con una confiabilidad de una en 1 millón.

La nueva partícula observada, así como sus propiedades, necesitan ser estudiadas en detalle antes de poder concluir que corresponde en realidad al bosón de Higgs propuesto en el modelo estándar. En todo caso, es la primera observación de una partícula de este tipo en un experimento, de ahí su importancia. Seguramente el descubrimiento anunciado en julio es solo el primero de los que vendrán con los años, alimentados con muchos más datos y una mayor energía del colisionador.

Como colombiano es todo un privilegio ser parte de este momento y de este gran esfuerzo que ha hecho la comunidad científica para llegar a donde estamos. En esto obviamente no estoy solo, me acompaña el gran grupo de colombianos vinculados al CERN desde distintas áreas , físicos e ingenieros, de universidades nacionales y extranjeras, que trabajan desde Bogotá, en el CERN o en cualquier otro lugar.

Estoy seguro de que todos compartimos el deseo de que este primer descubrimiento del LHC sea una motivación más para que la comunidad científica colombiana se anime a participar en las actividades realizadas en el CERN y forme parte de estos descubrimientos que nos ayudan a explicar poco a poco el universo en el que estamos inmersos.

Por Carlos Sandoval

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