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"El San Carlos podría ser un colegio mixto"

En el marco de la celebración de las Bodas de Oro, el rector, padre Francis Wehri, confesó que ante la insistencia de papás y exalumnos ha considerado la posibilidad de matricular mujeres.

Mariana Suárez Rueda
29 de enero de 2011 - 02:57 a. m.

El padre Francis Wehri anhelaba  ser concertista  de piano y deleitar a los demás con su música. Sin embargo, Dios tenía otros planes para su vida. En 1966, después de haber sido durante tres años subdirector de una institución educativa en Estados Unidos, llegó a Bogotá con la misión de dirigir un colegio masculino que había sido fundado hacía cinco años por su comunidad, los monjes benedictinos. Desde entonces sus días transcurren entre la cafetería, los salones y corredores del San Carlos.

Solamente habla con los estudiantes en inglés y su particular manera de relacionarse con ellos y de contribuir a su formación ha quedado plasmada en divertidas anécdotas que recuerdan alumnos y exalumnos cada cumpleaños del colegio. Camilo Gutiérrez, de la promoción del 93, no ha podido olvidar aquel día en que el padre lo echó, junto con otros 30 compañeros, por haber invadido un salón de los de sexto grado. “Literalmente nos sacó caminando hasta la calle. Fue el peor fin de semana de mi vida”.

Ese lunes, cuando se atrevieron a regresar para intentar entrar a clases, encontraron un letrero que decía: “El pastor ha perdonado a sus ovejas”. En otra ocasión, a la oficina de la rectoría llegó Julián Chaparro, quien se graduó de bachiller en el 87, de la mano de una profesora que lo descubrió saltando sobre unas matas.

El padre Francis le dijo que como le gustaba tanto saltar, por favor se pusiera a hacerlo en su oficina. “Yo lloraba y saltaba en plena rectoría. Después de un rato me preguntó si estaba cansado, le contesté que sí y entonces me volvió a preguntar si seguiría saltando sobre las matas. Obviamente nunca más lo hice”.

No hace mucho tiempo, cuando la moda de los piercings se impuso entre los estudiantes, un grupo de padres de familia visitó al rector para reclamarle por qué no prohibía esa práctica. Juan Manuel Pombo, exalumno de la época, cuenta que el padre Francis les hizo un recorrido por las instalaciones del colegio.

Al regresar nuevamente a su oficina, los papás le comentaron que efectivamente el plantel era muy lindo, que por eso, entre otras cosas, habían matriculado a sus hijos ahí. “Pero, ¿y de las narigueras y piercings qué, padre?”. Con una calma excepcional, recuerda Pombo, les preguntó si habían visto alguna joyería durante su visita. Entonces, dijo: “Al Papa lo que es del Papa”.

Como éstas, son cientos de historias que retratan la visión particular que tiene sobre la formación de los estudiantes este monje benedictino, nacido en Dakota del Norte. Su espíritu liberal ha permeado las aulas y demostrado buenos resultados. Uno de cada cuatro exalumnos del San Carlos vive en el exterior desempeñando cargos exitosos, varios se han convertido en destacadas personalidades de la vida nacional (ver recuadro) y aquellos que durante su adolescencia tuvieron problemas de drogas lograron superarlos gracias a la política del padre Francis, quien en esos casos se reúne con los padres, les pide que su hijo ingrese a tratamiento y una vez esté rehabilitado, lo recibe nuevamente en el colegio.

Para este rector de 75 años, quien ha dedicado casi la mitad de su vida a la enseñanza, en los últimos años la educación básica y media de nuestro país ha mejorado. Sin embargo, advierte, es importante desarrollar en los niños hábitos de estudio para garantizar que tengan un mejor desempeño en la universidad y en su vida profesional.

Además, critica a quienes constantemente hablan y generalizan acerca de lo mal que está la juventud. “Hay excepciones, pero los jóvenes de hoy son maravillosos. A lo que tenemos que ponerle más atención es al consumo de alcohol y su venta a menores de edad”. Ante la insistencia de algunos padres y exalumnos de que el San Carlos se vuelva un colegio mixto, y mirando cómo los jesuitas han acogido este modelo en sus planteles en Colombia, el padre Francis confiesa que le ha sonado la idea y que podría implementarse en unos años.

Los benedictinos  en Colombia

Hace más de medio siglo, la comunidad benedictina llegó a nuestro país, principalmente para realizar una labor educativa que se ha visto reflejada en la fundación y dirección de colegios como el San Carlos, el San Benito de Tibatí y el Benedictino de Santa María. Estas tres instituciones se caracterizan por alumnos con un alto nivel académico y una sólida formación en valores, además de haber desarrollado habilidades deportivas, musicales, matemáticas o artísticas.  Cuando el tiempo se los permite, los monjes hacen trabajos pastorales fuera de su lugar de trabajo, celebran sacramentos como el de la eucaristía y realizan un acompañamiento espiritual a quienes lo necesiten.
 

Por Mariana Suárez Rueda

 

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