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El mundo se pone a dieta

La OMS calificó a la obesidad como la pandemia del siglo XXI. La ONU determinó que mil millones de personas en el planeta tenían sobrepeso. Y el número crece cada día. Por eso varios países, como México, Colombia, Francia y Estados Unidos le han declarado la guerra a la comida chatarra.

Álvaro Corzo V. / acorzo@hotmail.com
17 de junio de 2012 - 09:04 p. m.

José acompaña su sándwich de pavo y queso con una Pepsi de 16 onzas en la tienda de la esquina. Cincuenta y cuatro gramos de azúcar y doscientas calorías no serían nada si esta fuera la única vez que lo hiciera. Sin embargo, para José, como para miles de neoyorquinos, la dosis se repite tres veces al día, en promedio.

Los estudios son contundentes, Estados Unidos es el país donde se registra el mayor consumo de bebidas azucaradas del mundo, factor que muchos expertos relacionan con la epidemia de obesidad que vive el país. Mientras un japonés bebe 20 litros de gaseosa al año, un estadounidense consume 216.

Si bien el consumo excesivo de jugos concentrados, gaseosas, tés azucarados y bebidas energéticas no es la única razón de la epidemia de obesidad por la que atraviesa Estados Unidos, sí es un factor determinante, junto con el sedentarismo, la escasez de comida saludable en amplios sectores del país y la carencia de acceso al servicio de salud.

¿Cómo romper, entonces, con este hábito? Una propuesta sin precedentes, impulsada por Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, avanza en esta dirección. Su idea consiste en prohibir la venta de bebidas azucaradas de más de 16 onzas en todos los restaurantes, teatros, parques, lugares de conciertos, carros de comidas y tiendas de barrio de la ciudad.

La propuesta, que ha levantado ampolla, no sólo en la industria de las bebidas sino igualmente en los sectores de las tiendas y los restaurantes, será sometida a la votación de la junta de salud de la ciudad de Nueva York, el próximo 13 de septiembre. Para muchos, casi todo un hecho teniendo en cuenta que el burgomaestre siempre se ha salido con la suya en materia de salud pública.

En 2011, Bloomberg logró la prohibición del cigarrillo en todos los restaurantes, parques, plazoletas y playas de la ciudad, al igual que 2008, cuando impulsó con éxito la prohibición del uso de grasas saturadas para todos los restaurantes de la Gran Manzana, junto a la publicación obligatoria del número de calorías de cada uno de los productos.

“A pesar de que lo critiquen por muchas otras fallas, en esta ocasión Bloomberg busca proteger a los niños de la ciudad, quienes no tienen la capacidad de tomar una decisión racional sobre lo que deben o no tomar. Cerrarle el paso a los malos hábitos alimenticios nos ayuda mucho a los padres”, aseguró Lorena Seanr, madre de una alumna de 13 años del colegio P.S. 250.

A su vez, el último informe del Public Health Journal de la Universidad de Harvard respalda en el papel las intenciones de Bloomberg. Según el estudio, tomar más de una bebida azucarada al día eleva en un 40% la probabilidad de padecer una enfermedad coronaria, así como de sufrir de diabetes.

No obstante, David Just, profesor de economía de la Universidad de Cornell, en carta abierta al alcalde criticó los alcances del proyecto. Haber dejado por fuera productos igual de nocivos, pero a su vez más costosos, como jugos en caja, malteadas, bebidas hidratantes, leche achocolatada y bebidas azucaradas con leche y cafeína no tiene sentido, aseguró. “Esta clase de medidas afectará, como de costumbre, a los consumidores con menos recursos, los cuales tienden a tomar, por su precio, más gaseosa que cualquier otra bebida. Si se quisiera concientizar a la comunidad, se deberían prohibir todas las bebidas con estas características”.

Entretanto, y en vísperas de la esperada decisión, según la última encuesta de NY1-Marist, el 58% de los neoyorquinos se pronunció en contra de Bloomberg por considerar su plan como otro ejemplo más de la extralimitación de las funciones del Gobierno en detrimento de la libertad individual de cada uno de sus habitantes. “Hoy son las sodas, ¿qué vendrá luego? ¿La prohibición de helados de más de tres cucharadas o la venta de papas fritas con queso fundido? ¿Por qué no prohibir la obesidad? ¿Está el Gobierno en capacidad de decirnos qué tenemos y podemos hacer?”, se pregunta contrariado Ali Mohammed, tendero en Brooklyn, quien calcula una pérdida de $1.300 dólares semanales si se aprueba la medida. Se fijó una audiencia para el próximo 24 de julio, en la que se debatirá la propuesta, y el 13 de septiembre tendrá lugar la votación en la que se decidirá si sale adelante.

El martes, una página entera de publicidad pagada por la Alcaldía en el diario gratuito Metro mostraba un vaso gigante de gaseosa de 94 centilitros, como los que se venden en algunos restaurantes de comidas rápidas, y 26 sobres de azúcar, advirtiendo a los padres sobre esa equivalencia y el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas. Como respuesta, dos páginas más adelante, una “carta abierta al alcalde” de Nueva York denunciaba la reglamentación que apunta a restaurantes, salas de cine, vendedores ambulantes y estadios. “Dejemos que la gente decida”, se afirmaba en la carta, que era en realidad una publicidad de máquinas para producir bebidas azucaradas en casa.

Según ha registrado la prensa neoyorquina, Coca-Cola y McDonald’s criticaron la medida y la asociación de restaurantes de Nueva York se quejó por un “ataque increíble”. Pero el alcalde se defiende. Dice que más de la mitad de los adultos en Nueva York (58%) son obesos o tienen sobrepeso, y este problema también afecta al 40% de los niños de las escuelas públicas. El consumo de bebidas azucaradas, a menudo más baratas que el agua mineral y cuyos vasos grandes no son más caros que los pequeños, es una de las causas identificadas del problema. A finales del año pasado, la Alcaldía ya había lanzado una campaña de sensibilización sobre el tema, en la que señalaba que 600 ml diarios de gaseosa equivalían a 22 kilos de azúcar por año.

Un problema de peso mayor

Las consecuencias

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es la gran responsable del 44% de los casos mundiales de diabetes. Además, el 23% de cardiopatía isquémica y entre el 7 y el 41% de determinados cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.

Plan de acción

La OMS estableció un plan de acción de la Estrategia Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles , entre ellas la obesidad. Es una hoja de ruta para que los países que sufren el problema lo traten de controlar.

En la balanza

Estados Unidos es uno de los países en donde el problema es más grave. China cuenta con 60 millones de obesos y otros 200 millones con exceso de peso. En Europa, las mujeres y los varones turcos son los más gordos, frente a las suizas y los hombres franceses, que son los más delgados.

Por Álvaro Corzo V. / acorzo@hotmail.com

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