Publicidad

"Nunca nos planteamos crear seres humanos"

Este investigador lideró el estudio que llevó a la creación por primera vez de células madre embrionarias por clonación. Su hallazgo creó revuelo en la Iglesia y otros sectores que se oponen a reproducir personas.

Emilio de Benito / Especial El País de España
24 de mayo de 2013 - 08:47 p. m.
Científicos estadounidenses consiguieron por primera vez células madre embrionarias con el mismo ADN de un adulto. / 123rf
Científicos estadounidenses consiguieron por primera vez células madre embrionarias con el mismo ADN de un adulto. / 123rf

El estrellato científico le ha llegado de sopetón, pero Shoukhrat Mitalipov lo lleva con entereza. “En una semana he dado más de 100 entrevistas”, dice con una sonrisa. El principal autor del trabajo publicado la semana pasada sobre la obtención de células madre embrionarias mediante clonación, ni se inmuta cuando se le menciona qué país debería apuntarse un futuro premio Nobel. “Tengo la doble nacionalidad rusa y estadounidense, así que tendrán que repartírselo”, dice con una sonrisa Mitalipov, nacido en Almaty (Kazajistán) hace 51 años.

¿Era consciente de la que iba a provocar su clonación?

La verdad es que nosotros nunca lo llamamos clonación, porque las células no se clonan. Se clonan los seres vivos, y nosotros nunca nos planteamos crear seres humanos.

Pero su trabajo podría ser un paso clave en esa dirección.

Pero nunca fue nuestro objetivo. Si se considera clonación a conseguir células con el mismo ADN nuclear, la naturaleza está llena de clones. Cada vez que una célula se divide produce un clon. Lo que nosotros hicimos fue tomar un fibroblasto, una célula de la piel, y transferir su núcleo a un óvulo al que le habíamos sacado su ADN, y eso se llama transferencia nuclear. Nuestro objetivo era claro: conseguir células madre totipotentes, con capacidad de convertirse en cualquier otra o en tejidos para un uso médico.

Ese primer paso es el que luego permitió, por ejemplo, que naciera la oveja Dolly. ¿No podría funcionar en humanos?

Esto sería, como mucho, un primer paso, pero harían falta muchos más. Todavía no sabemos bien cómo se produce el proceso del desarrollo del feto. Por eso dije que estaba convencido de que con nuestra técnica no podrían conseguirse embriones viables. Le falta mucho. Se trata de un proceso muy complejo, y nosotros sólo controlamos unos cuantos factores, que son los que usamos. Nuestra técnica es muy artificial, toda manual, no se parece nada a lo que sucede en la naturaleza.

¿No le da rabia que el debate acerca de la posible clonación haya eclipsado el logro?

Bueno, sabíamos que el asunto iba a levantar polémica, pero si se fija en el artículo no aparece la palabra clonación en todo el texto, sólo se habla de reprogramación. Ya contábamos con que ciertos grupos iban a manifestar su rechazo. Los más conservadores siempre se oponen a todo. Recuerde la oposición de la Iglesia católica a otras técnicas de reproducción humana como la fecundación in vitro, y ya han nacido más de cinco millones de niños con esta técnica. Pero nosotros somos científicos, y de lo que tenemos que asegurarnos es de que hacemos bien nuestro trabajo, que todo está bien ensayado antes de dar el salto a humanos. Y para eso tenemos los modelos animales. Nos pasó con la técnica de transferencia de núcleo entre óvulos. Es lo que han llamado hijos de tres padres, porque tienen ADN del espermatozoide del padre, del núcleo del óvulo de la madre y el mitocondrial de la donante. A los conservadores puede parecerles mal, pero es una manera de evitar las enfermedades por mutaciones en el ADN mitoncondrial, que suelen afectar a niños que, además, viven muy poco. Si a mí, que soy padre de dos hijos, me dicen que así puedo evitar tener hijos enfermos, no me puede parecer mal que se use la técnica.

El trabajo de esta clonación lo hicieron en monos hace seis años. ¿Somos tan diferentes los humanos que han tardado tanto en repetir el resultado?

En verdad, los seis años no fueron de la investigación. Ésta la teníamos ya muy perfilada con anterioridad, y en humanos lo hicimos en tres meses. Todo ha ido muy deprisa.

¿Por qué fue el retraso, entonces?

Empleamos los seis años en conseguir los permisos y preparar las instalaciones. Como los trabajos previos en animales los habíamos hecho en un laboratorio financiado con fondos gubernamentales, tuvimos que crear otro, como una copia en un espejo, para trabajar con células madre humanas. Porque en Estados Unidos estaba prohibido que esos experimentos se financiaran con fondos públicos.

Sería carísimo.

La verdad es que el dinero no fue un gran problema. Conseguimos los fondos fácilmente, pero no le puedo decir exactamente cuánto nos costó.

¿No hubo ningún mecenas que les planteara su ayuda si luego le clonaban a un hijo o algo así?

¡No, qué va! Ese no era nuestro objetivo, y la posibilidad de hacer algo así queda todavía muy lejos. Ha habido grupos, como la secta de los raelianos, que han ofrecido clonar a personas a cambio de dinero, pero no lo han conseguido. Los científicos serios no estamos para eso; los que lo han propuesto siempre han sido charlatanes.

El uso real de las células madre es todavía muy escaso.

Es verdad. Con todo este trabajo sólo hemos hecho el 10% del trabajo; nos queda el 90%. Pero se está ensayando mucho. De hecho, en ratones ya se usan células madre para muchas cosas. Lo que pasa es que de ellos a nosotros hay mucha diferencia. Por eso se dice que si los humanos fuéramos ratones todas nuestras enfermedades ya estarían curadas.

Una vez superado este trabajo, ¿cuál es el futuro?

Ahora estamos trabajando en obtener y probar las líneas celulares. Las terapias con células madre, una vez demostremos que son seguras y eficientes, son el futuro.

Por Emilio de Benito / Especial El País de España

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar