Un grupo de campesinos de Uribia y Papayal, en La Guajira, que recogieron hace una semana la primera cosecha de papa de un desierto colombiano, creyeron inimaginable, en un principio, que de esa tierra pudieran brotar once toneladas de papa.
Los cultivos hacen parte de un proyecto experimental impulsado desde hace año y medio por la Fundación Cerrejón para el Progreso, que con la asesoría del Centro de Investigación de la Papa en Climas Calientes de Israel (CIP) pensó adaptar en Colombia sistemas de riego en suelos secos para producir papa en La Guajira. Siendo en su mayoría un país desértico, Israel es el mayor proveedor de papa de Europa.
“Cerrejón trabaja en un departamento con grandes limitaciones, queremos demostrar que con la buena utilización de sistemas de riego se pueden aprovechar sus suelos. Nos motiva la idea de promover el desarrollo agrícola de La Guajira” explica Eduardo Robayo, director de la Fundación Cerrejón para el Progreso de La Guajira.
Los extranjeros capacitaron un grupo de 20 personas, entre ellos indígenas wayuu y otros habitantes de la región, en los sistemas de riego por goteo, que podrían funcionar para volver productivos los suelos de sus municipios. Con cuatro variedades de papa se plantaron cultivos en Fonseca, Barrancas y Uribia, donde a pesar de la aridez del suelo, que soporta en promedio 40°C durante el día, y la escasez de agua, el riego por goteo se resolvió con la recolección de lluvias y el almacenamiento en reservorios.
“Este es un proyecto experimental que en su primera etapa involucró a pocos pobladores, pero la idea es que se amplíen las hectáreas cultivadas, se genere empleo y además se abastezca al departamento, que ha tenido que traer la papa de Nariño o de Boyacá. La papa tiene una gran importancia nutricional y en La Guajira hay una demanda importante”, dice Robayo.
Mientras los campesinos de Uribia recolectaron tres toneladas, sus compañeros de Papayal llenaron bultos con ocho toneladas de papa de la variedad Atlantic.
La Fundación espera que con la segunda generación de semillas se pueda extender este cultivo a zonas más extensas en el departamento, para que las comunidades puedan participar de manera más activa y que seguramente más adelante se pueda exportar papa desde La Guajira y traer más alimentos a crecer en medio de la sequía.