Primer catálogo colombiano de insectos primitivos

Dos profesores de la Universidad Nacional presentaron el inventario en el que quedaron registradas 1.673 especies.

El Espectador
18 de febrero de 2011 - 11:45 a. m.

Germán Amat García y su colega Fernando Fernández, dos entomólogos del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, se han dedicado durante los últimos años a una tarea bastante exótica: crear un catálogo de insectos primitivos que habitaron en el territorio colombiano hace miles de años.

El especialista en hormigas Fernando Fernández explicó a la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional que “los animales que se conocen hoy en día como los escarabajos, las moscas, los zancudos, abejas y cigarras tuvieron como ancestros insectos sin alas, solo que cada uno tuvo diferentes formas de evolución”.

Al construir un catálogo de estos insectos primitivos, los investigadores aportan información valiosa para otros científicos que quieran reconstruir la evolución de algún insecto de los que hoy habitan en los ecosistemas colombianos.

“La tarea es consolidar información y acercarnos a un catálogo real de la biodiversidad de insectos del país. Es viable en la medida de la capacidad investigativa del recurso humano y de las voluntades institucionales y del Gobierno”, anunció Amat.

Los insectos primitivos se diferencian del resto porque su registro geológico los ubica en periodos como el Carbonífero de la Era Primaria, caracterizado por sus grandes extensiones de bosque que quedaron sepultadas dando origen al carbón. En esta etapa abundaban los anfibios pero aún no existían los dinosaurios, y los continentes estaban a punto de unirse en el megacontinente conocido como Pangea.

Al estudiar los ancestros de los insectos de hoy, los entomólogos han descubierto particularidades como la forma en que se reproducían estos animales. Por ejemplo, se ha podido establecer que no tenían cópula o sexo directo. El apareamiento entre macho y hembra no ocurría a través de la penetración del órgano masculino en el femenino para asegurar la fecundación, sino que se daba de manera indirecta, es decir, el macho ponía el esperma en el suelo o en una especie de tejido como tela de araña y obligaba a la hembra a acercarse y tomarlo.

Como lo señalaron los dos entomólogos de la Universidad Nacional, hoy este proceso natural se observa en los escorpiones –cuyos fósiles más antiguos datan de hace 410 millones de años–, que realizan una danza en la que el macho toma de las pinzas a la hembra y la invita a caminar por su estera de esperma.

En el catálogo en el que se registraron 1.673 especies de 80 familias distintas se encuentra el pescadito de plata (Zygentoma), que hace parte de un antiguo linaje de insectos que no poseen alas y viven entre uno y seis años. Las libélulas (Odonata), que se alimentan de mosquitos, abejas, polillas y mariposas, limpiando el ecosistema de moscas transmisoras de enfermedades como el dengue y la gastroenteritis.

Las tatarabuelas de las cucarachas (Dictyoptera) no podían faltar en el registro. Ya desde esa época eran procesadoras de la materia orgánica, una desagradable pero necesaria tarea para garantizar la salud de los ecosistemas. El primer catálogo de insectos primitivos también contiene la descripción del cola de resorte (Collembola), los insectos saltadores de roca (Archaeognatha), las moscas de mayo (Ephemeroptera), las moscas de la piedra (Plecoptera), los insectos palo (Phasmida), los tejedores de redes (Embioptera) y los insectos ángel (Zoraptera).

Por El Espectador

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