Los cálculos de la misma Universidad Nacional señalan que por lo menos 62 de los 129 edificios que componen la Ciudad Universitaria en Bogotá están en grave riesgo. Se están cayendo a pedazos, y su recuperación y reforzamiento como lo pide la ley cuestan por lo menos $2 billones. ¿De dónde saldrá ese dinero?
Precisamente esa fue la pregunta que reunió ayer jueves a algunos de los exrectores de la universidad (entre ellos José Félix Patiño, Guillermo Páramo y Ricardo Mosquera), para buscar en conjunto una solución a esta problemática que ha desbordado a la institución.
Ignacio Mantilla, actual rector, explicó que de esta convocatoria salió una “declaración conjunta” dirigida al Gobierno, pidiéndole una “partida especial” para atender las necesidades que tiene hoy la Ciudad Universitaria.
A través de una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos, los exrectores solicitarán una inyección de recursos a través de los ministerios de Educación y Hacienda. “El bienestar de los estudiantes se ha visto seriamente limitado por el cierre y deterioro de cafeterías, residencias y lugares de esparcimiento –dice la misiva–. Requerimos su concurso para que se le asigne a la universidad por parte del Gobierno Nacional un presupuesto de manera urgente”.
“Estamos acudiendo a la experiencia y sabiduría de los exrectores para llegar al Gobierno y que esta solicitud sea atendida”, aseguró Mantilla, y explicó también que entre sus propuestas al Gobierno está un préstamo o la aplicación de la ley de honores, a través de la cual el Estado podría asignar una partida presupuestal con motivo de una conmemoración especial, en este caso el sesquicentenario de la UN, que se cumplirá en cinco años.
La carta, firmada por 18 exrectores desde 1964 hasta hoy, le pide finalmente al presidente “su fundamental apoyo para sacar a la universidad de Colombia de esta crisis que amenaza su existencia”. Otras sedes como las de Medellín, Palmira y Manizales, que vivían el mismo drama, recibieron apoyo financiero de las alcaldías y gobernaciones.