'Sin recicladores no hay modelo que funcione'

Bob Besso y Tomas Outerbridge lideran procesos exitosos de recolección de basuras en San Francisco y Nueva York. Para ambos, la participación de los recicladores informales en la implementación del nuevo modelo de basuras en Bogotá es la clave del éxito.

Redacción Vivir
20 de febrero de 2013 - 04:49 p. m.
En Nueva York, los edificios de gran altura y la diversidad cultural han sido obstáculos para el reciclaje. / 123RTF
En Nueva York, los edificios de gran altura y la diversidad cultural han sido obstáculos para el reciclaje. / 123RTF

Bob Besso, gerente de Recology, la empresa que se encarga de la recolección y el reciclaje de basuras en San Francisco, y Tomas Outerbridge, responsable de Sims Metal Management Municipal Recycling, entidad cuya función es el reciclaje en Nueva York, compartirán sus experiencias en el próximo de los Foros El Espectador, que se realizará el 1º de marzo en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

¿Cuántas personas están involucradas en el proceso de reciclaje en sus ciudades?

Bob Besso: en San Francisco tenemos unas 150 personas clasificando botellas, latas y papel, a quienes se suman 140 conductores de camiones recolectores.

Tomas Outerbridge: es difícil dar una cifra exacta. Está la propia fuerza municipal de recolección de la ciudad de Nueva York (Departamento de Sanidad), empresas privadas que procesan materiales, y cientos o posiblemente miles de personas que recolectan las basuras legal o ilegalmente.

 ¿Quienes conforman hoy las empresas de reciclaje eran recicladores tradicionales?

B.B.: en San Francisco la empresa que se encarga de esto, Recology, se fundó en la década de los 30 con los recicladores de la ciudad, quienes se volvieron sus propietarios. Desde ese momento, Recology añade empleados-propietarios dependiendo de las necesidades de la urbe.

Bogotá tiene el reto de crear un modelo de reciclaje basado en una red de 14.000 personas que carecen de la pericia técnica y financiera pero que conocen muy bien el proceso y sus rutas en la ciudad. ¿Que sugerencias harían al modelo?

B.B.: nuestra empresa, Recology, comenzó de la misma manera y puedo decirles que lo que hicieron en ese entonces fue conformar un colectivo oficial que acordara aplicar, de manera amplia, las normas de aseo vigentes.

T.O.: yo plantearía cómo algunos o todos los aspectos del reciclaje informal se pueden incorporar a los planes de la ciudad, y haría que estas personas participen en el proceso de construcción del modelo para que puedan entender sus oportunidades y así obtengan mejores condiciones de trabajo y un mayor respeto por lo que hacen.

¿Cuál es la infraestructura que necesita una ciudad para poner en marcha un programa de reciclaje exitoso?

B.B.: la recolección, el procesamiento y la disposición deben estar regulados por algún permiso o contrato. El gobierno local debe establecer la meta de reciclaje y residuos cero e incentivar a los titulares de esos contratos a cumplir con ese objetivo.

T.O.: el primer paso es construir un sistema de recogida y el segundo es procesar las basuras, ya que los materiales desechados suelen necesitar tratamiento adicional antes de convertirse en productos reales que se puedan vender.

Mientras San Francisco ha alcanzado altos niveles de reciclaje, Nueva York no lo ha logrado. ¿Por qué?

B.B.: no sé mucho acerca de Nueva York, pero no creo que tenga un sistema como el de San Francisco, donde se deben separar los residuos de tres formas: el reciclaje, el compost (abono que se elabora con los desperdicios orgánicos del hogar) y la basura. Si no se separan, se debe pagar más o recibir una multa.

T.O.: la mayoría de la gente vive en edificios de gran altura, esto hace que sea difícil ofrecer incentivos o sanciones para cada hogar. Muchas de estas construcciones fueron hechas antes de la llegada de la era moderna del reciclaje, por lo que pueden no tener la infraestructura necesaria. Nueva York tiene una población muy diversa, con más de 170 lenguas, lo cual crea problemas en el ámbito de la educación pública para el reciclaje.

Recology ha sido ampliamente conocida por su capacidad para transformar la basura orgánica en compost. ¿Cómo funciona?

B.B.: como Recology tiene el permiso para recoger todo el material en San Francisco, incentivó a los ciudadanos a elaborar compost con sus residuos orgánicos y así le ayudan también a la ciudad a pagar por el servicio de recogida y procesamiento.

 En Colombia, el negocio de la basura siempre ha sido muy rentable. Sólo un par de jugadores controlan una gran parte del mercado, lo que hace más difícil compartir una tajada del pastel con los 14.000 recicladores. ¿Cómo lidian con este problema en su país?

B.B.: desde los 30 nuestra empresa pasó de ser un gremio de recicladores informales a una empresa formal. Si los recicladores no conforman una empresa pueden perder todo el acceso a los materiales, pues otra compañía ofrecerá una solución más completa para alcanzar las metas de la ciudad.

T.O.: en Nueva York, todos los contratos del sector público están sujetos a un proceso por mérito que tiene muchos controles para evitar la competencia desleal.

Por Redacción Vivir

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