Alto turmequé

El infiltrado

El Espectador
20 de mayo de 2017 - 09:00 p. m.

En el grupo de WhatsApp de los periodistas que cubren el Consejo Nacional Electoral despertó curiosidad la insistencia de un colega que se dedicó a preguntar, mañana y noche, sobre el futuro de la revocatoria de la alcaldesa de Ocaña, Miriam Prado Carrascal, que tiene lugar hoy en ese municipio de Norte de Santander. Todo, en medio del debate que avanzaba en el organismo sobre las reglas para llevar a cabo esos procesos ciudadanos. El mismo colega pidió incluir en el grupo a un supuesto periodista de nombre Juan Carlos Arévalo Durán. Ante la insistencia, el jefe de prensa del CNE accedió porque le dijeron que era periodista de Todelar, pero a los pocos minutos sorprendió un mensaje de alerta que envió otro integrante del grupo: “Perdón, pero Juan Carlos Arévalo Durán, hasta donde sé, no es periodista. Es el esposo de la alcaldesa de Ocaña”. Lo bloquearon de inmediato.

Antecedentes

Tras consultar el pasado del esposo de la alcaldesa de Ocaña, se determinó que se trata de un exdiputado de Norte de Santander, que fue destituido e inhabilitado por la Procuraduría General de la Nación, en 2009, pues, según el Ministerio Público, sobre él pesaba una condena de 1999 por el delito de “falsa denuncia contra persona determinada en perjuicio de la administración de justicia”. El periodista que solicitó incluir a Arévalo en el chat, identificado allí como Mario Javier Pacheco, se limitó a decir: “Lamento las molestias. Fue mi iniciativa”.

Cuestión de estilo

Contaron en los pasillos de la Casa Blanca que, cuando le confirmaron su encuentro con Juan Manuel Santos, el presidente estadounidense Donald Trump recordó que su hijo lo conoció durante una audiencia en la Casa de Nariño, el 21 de febrero de 2011, cuando Donald Jr. llegó interesado en hacer inversiones inmobiliarias en Cartagena y Bogotá y fue recibido por el presidente junto con funcionarios de Proexport que lo pusieron al día en temas de hotelería y turismo. Preguntado sobre la impresión que le causó Santos, habría dicho: “Muy británico”, y habría utilizado otra expresión que su papá le dirigió durante la rueda de prensa del jueves: “Muy diplomático”, para referirse a una opinión de Santos sobre el narcotráfico.

¿Se va o no se va?

Hasta esta semana tiene plazo el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, para tomar una decisión sobre su futuro político. De hecho, el presidente Juan Manuel Santos sostuvo una conversación muy seria con el ministro antes de partir para Washington a la reunión con su colega norteamericano, Donald Trump, en la que le dijo que, a su regreso, debía darle una respuesta. Aunque el panorama parecía claro para Cristo —por sus aspiraciones como precandidato presidencial por el partido Liberal e, incluso, como director único de esa colectividad—, se le opacó por cuenta de la decisión de la Corte Constitucional, de tumbar aspectos del fast track, que enredó la implementación del Acuerdo de Paz. “Ahora no creo que el presidente lo deje ir”, dijo un alto funcionario del Gobierno. Lo cierto es que su salida tendrá que darse más pronto que tarde, porque su hermano, el senador Andrés Cristo, quiere su cuartico de hora en el Capitolio.

En carrera

Esta semana por fin se conoció que la Corte Suprema de Justicia integró una de las ternas para nuevo magistrado de la Corte Constitucional. De ella forman parte los juristas Diana Fajardo, Álvaro Motta y Alejandro Ramelli. Este último parece contar con la mejor aceptación por su perfil como experto en derecho internacional humanitario y su independencia. Ramelli fue uno de los más feroces opositores a los algoritmos revolucionarios de Natalia Springer cuando era jefe de la Unidad de Contexto y se enfrentó al fiscal Eduardo Montealegre. Además, es magistrado auxiliar de la Corte Constitucional.

Malestar

Álvaro Pastás fue el magistrado que reemplazó a Iván Velásquez en la coordinación de las investigaciones sobre parapolítica en la Corte Suprema de Justicia. No obstante, salió mal del alto tribunal al trascender que una declaración del paramilitar alias Macaco se le había extraviado. Poco tiempo después se supo que Pastás asesoró legalmente al esposo de Enilse López, conocida como La Gata y ahora regresó a la Corte como magistrado auxiliar del titular de la Sala Penal, Luis Hernández.

Invitación

En los círculos teatrales surgió, el viernes, una propuesta: invitar al senador Álvaro Uribe a que vea la obra Antigonas. Tribunal de mujeres, la aplaudida puesta en escena en la que varias de las llamadas madres de Soacha manifiestan su dolor por el asesinato de sus hijos a manos de militares que los secuestraron, asesinaron e hicieron pasar por guerrilleros. Esto por los persistentes comentarios de Uribe al asegurar que varios de ellos tenían que ver con “actividades ilegales”. Aunque el expresidente se disculpó el viernes, ellas no quieren responder en el mismo tono, sino como lo han hecho en Europa, Norte y Centroamérica: haciendo un llamado al respeto de los derechos humanos y por la paz desde las tablas.

Vienen por más

El grupo L Catterton, uno de los más grandes inversionistas en productos de consumo que hace poco invirtió en la firma de vestidos de baño Maaji y el Bodytech, está contento con el resultado de su operación en Colombia y quiere más. En una carta que envió Ravi Thakran, presidente del grupo a la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, no ahorró calificativos positivos sobre la estabilidad económica del país y le expresó su deseo de explorar nuevas inversiones en productos o servicios que representen innovación y valor agregado para el consumidor.

Por El Espectador

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