Por el milagrito

Es tal el fervor por la Virgen de Fátima en Colombia que desde ya se organizan peregrinaciones a Fátima (Portugal) para su centenario.

El Espectador
24 de diciembre de 2016 - 02:00 a. m.
Por el milagrito

Desde el Opus Dei hasta los Caballeros de la Virgen trabajan en ello y aspiran a contar con el respaldo de devotos como el exprocurador general y ultracatólico Alejandro Ordóñez Maldonado, que en 2011 encabezó un homenaje a la Virgen de Torcoroma en Ocaña (Santander). El problema es que en ese momento ya estará comprometido de tiempo completo como candidato a la Presidencia de Colombia para 2018.
 
Un aliado
 
Quienes saben de tauromaquia, en especial los toreros colombianos y sus empresarios, celebraron hace poco que el primer ministro francés Manuel Valls anunciara su candidatura a la elección presidencial de 2017, para “unir a la izquierda”, profundamente dividida, y enfrentar a la derecha y a la extrema derecha. Como ya se había contado en esta sección, Valls, que estuvo de visita en Colombia en junio de 2015, nació en Cataluña (España) y cada vez que puede defiende las corridas de toros como herencia familiar y cultural. Francia es uno de los países en cuyos ruedos han hecho historia los toreros colombianos como César Rincón.
 
La cita
 
¿Por qué Juan Manuel Santos citó en su discurso de recepción del premio Nobel de Paz en Oslo al poeta inglés Alfred Tennyson para decir que la clave en la búsqueda de la paz es “esforzarse, buscar, encontrar y no rendirse”? Alguien enterado de sus discursos dice que si hubiera recibido un premio así en Inglaterra seguramente hubiera citado algo de Shakespeare, pero como no tenían a la mano nada de poetas noruegos escogieron a Lord Tennyson porque su obra ha sido adaptada con éxito al noruego y el presidente lo recordaba como referencia académica de sus años en Londres, donde se le recuerda con una estatua en la capilla del Trinity College de Cambridge.
 
Para creyentes
 
El tesoro de la Catedral Primada, en Bogotá, aparte de manos religiosas, sólo había sido objeto de estudio por parte de la historiadora del arte de la Universidad Nacional Martha Fajardo, que en los años 90 investigó la orfebrería religiosa de Colombia. Luego, la Iglesia católica dedicó 15 años a su restauración y a terminar una bóveda bajo triclave en la que guarda joyas de cuatro siglos de evangelización, incluidas las famosas custodias de esmeraldas llamadas lechugas. Ahora, por segunda vez, académicos podrán acceder al tesoro “con la intención de proteger, organizar y promover el patrimonio cultural del archivo musical y de la colección de inmuebles de la catedral”. Esto por un acuerdo entre el rector de la vecina Universidad de los Andes, Pablo Navas; Álvaro Vidales, párroco de la catedral, y monseñor Juan Miguel Huertas, presidente del Cabildo Catedral, que permitirá “clasificar y reconocer la riqueza patrimonial de la catedral y fortalecerá semilleros de investigación de los estudiantes de arte”. Después se pensará en un museo abierto al público.
 
Otros tiempos
 
Hace unos días el presidente Juan Manuel Santos leyó en Madrid un editorial de El País de España en el que ese diario le pedía al gobierno de su país desistir de sus intereses políticos, económicos y jurídicos sobre el galeón San José, hallado por el gobierno de Santos en cercanías a Cartagena a finales del año pasado, a fin de que prevalezca el interés cultural y científico. Pues la tendencia crece desde el País Vasco, porque el canal público ETB estuvo esta semana en Colombia preparando un informe especial en ese sentido sobre el tesoro colonial, barco que precisamente fue construido allí por Pedro de Aróztegui, de San Sebastián, en el astillero de Mapil entre 1697 y 1698. El vasco se preocupó tanto de la resistencia del casco que lo hizo revestir con una lámina de plomo para protegerlo de los teredos (moluscos) que abundaban en las aguas del Caribe.
 
Soñar
 
Entre los Titanes que el Canal Caracol premió recientemente por su servicio desinteresado a las comunidades más marginadas de Colombia circuló un inspirador discurso titulado “20 de julio 1969: La luna, un planeta y un sueño”, escrito por la científica colombiana Adriana Ocampo Uría, quien vino a Bogotá a entregar el premio en la categoría educación. Dice: “De pasar a soñar en la terraza de mi casa, como niña junto con mi perro Tauro, y ver el hermoso cielo estrellado queriendo explorar el espacio y saber más sobre él, ha sido un arduo camino en el cual cambiar la realidad se veía casi una imposibilidad. Pero el 20 de julio de 1969, sentada frente a la única televisión disponible, significó para mí que lo imposible sí se puede alcanzar con persistencia y creatividad”. Hoy es una de las principales investigadoras de la NASA para viajar por el sistema solar hasta Júpiter y Plutón.

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