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¿Abusos en nombre de Jehová?

Los cuatro menores que fueron agredidos sexualmente por un familiar, quien pertenecía a un grupo satánico, ya fueron dados de alta y están a cargo del ICBF. Fiscalía dice que adelanta investigación.

Redacción Bogotá
17 de diciembre de 2014 - 02:24 a. m.
Cristina Plazas, directora del ICBF, aseguró en una rueda de prensa que los niños ya fueron dados de alta. / Cristian Garavito
Cristina Plazas, directora del ICBF, aseguró en una rueda de prensa que los niños ya fueron dados de alta. / Cristian Garavito
Foto: PAME ARISTI

“Este es el caso más aterrador de nuestro país en los últimos tiempos. Hay que darle frente a esta problemática del maltrato intrafamiliar. Esta es una deuda con nuestros niños y niñas”. Esas son las palabras de Cristina Plazas, directora del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), al referirse al último caso de violencia contra los niños que dejó anonadados a las autoridades y a la ciudadanía entera: cuatro niños y una joven embarazada fueron torturados y violados por un familiar cercano, quien al parecer también los obligaba a realizar rituales que la Policía considera satánicos, como beber su sangre.

Esta inverosímil historia, que parece sacada de una película de terror, comenzó el domingo pasado cuando un vecino del sector llegó hasta el CAI de Meissen, al sur de Bogotá, con cuatro menores y una joven embarazada de 19 años que, según él, desde hace un tiempo padecían de maltrato intrafamiliar. Cansado de ver las atrocidades que vivían desde hace meses, el hombre decidió ayudar a las víctimas y denunciar al agresor, quien sería la pareja de la joven. Era un secreto a gritos. Todos en el barrio sabían que quienes habitaban esa humilde casa, que en su interior no tenía nada (ni muebles, ni camas, ni comedor) vivían un infierno por culpa de su dueño, quien decía pertenecer a una iglesia cristiana.

Los vecinos contaron que en esa vivienda del barrio Meissen, en la localidad de Ciudad Bolívar, donde vivía una joven de 19 años junto a su esposo de 40 años, su hija de 17 meses y sus tres hermanos pequeños de 11, 12 y 14 años, sólo se escuchaban gritos y golpes a diario. “Jehová, Jehová, Jehová”, eran las palabras que más resonaban en el sector, según Ángela Rodríguez, habitante de la zona. Lo cierto es que bastaba con entrar a este hogar para darse cuenta de que los niños no vivían en las mejores condiciones: siempre estaban en un cuarto, donde sólo había escombros y una cama sin colchón. No había muebles ni electrodomésticos, pero sí Biblias tiradas en el piso, afiches de Jehová en las paredes y una soga que caía del techo.

Al enterarse de los hechos, las autoridades trasladaron a los menores hasta el hospital de Kennedy, donde recibieron ayuda asistencial. Allí se determinó que los niños sí fueron víctimas de maltrato y de abuso sexual, hipótesis que fue corroborada por el Instituto de Medicina Lega. “Sí tienen cicatrices, pero no podemos determinar cómo fueron hechas. Hay cortadas, hay hematomas y, por supuesto, verificamos que todos sufrieron de abuso sexual. Ellos siguen siendo tratados por el equipo multidisciplinario del hospital para estos casos y están más tranquilos. Están bien y ya todos fueron dados de alta, menos la joven, que está en trabajo de parto”, aseguró el doctor Hernando Méndez Morales, coordinador de Pediatría del Hospital de Kennedy.

Claudia, la madre de los menores, contó a Caracol Radio que mandó a vivir a sus hijos con su hermana, porque la pareja le prometió que llevaría a sus hijos a una iglesia cristiana. “No creo que todo lo que están diciendo sea cierto, porque confiamos en este señor como un familiar más. Son los niños los que salieron con ese cuento”, aseveró la mamá de los menores.

Pero esta versión no convenció a las autoridades. Por eso, ahora, tanto los niños como la joven están bajo el cuidado del ICBF, entidad que los trasladará hasta uno de sus hogares, en donde recibirán el apoyo necesario tanto del Instituto como de la Personería y la Policía de Infancia y Adolescencia. “Ya abrimos el proceso de restablecimiento de derechos y estamos a la espera de la captura de estos hampones, que atentaron en contra de estos pequeños”, manifestó la directora del ICBF, quien añadió que ya se les abrió investigación contra los padres de los menores.

Por otro lado, desde el momento de la denuncia, la Policía de Infancia y Adolescencia junto con el CTI y la Sijín comenzaron la investigación para capturar a quien sería responsable de estas torturas y violaciones. Ayer en la mañana el general Humberto Guatibonza, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, anunció que el hecho podría tener relación con una secta satánica a la que al parecer pertenece el esposo de la joven de 19 años y padre de la bebé de 17 meses, quien casi es linchado en la noche del lunes por 200 habitantes, que llegaron hasta su casa y le lanzaron piedras. La Policía tuvo que intervenir y trasladar al hombre en una tanqueta. Sin embargo, las autoridades continúan con la investigación. La Fiscalía está a la espera de las declaraciones de testigos del lugar y de los análisis médicos de Medicina Legal para ordenar la captura de los delincuentes.

La preocupación de las autoridades por estos aberrantes casos no cesan. Desde enero hasta octubre de este año se han presentado 855 casos de maltrato y 872 por abuso sexual contra menores de edad. Las instituciones insistieron en la necesidad de que los ciudadanos denuncien estos hechos que, según la directora del ICBF, “no distinguen estrato y que cada día quedan en la impunidad o se olvidan fácilmente por los colombianos”.

Por Redacción Bogotá

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