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La alianza entre azules y Peñalosa

El exalcalde bogotano comenzó campaña como independiente y ya tiene el apoyo de dos partidos: Cambio Radical, que lo lanzó, y ahora el conservatismo.

Natalia Herrera Durán
03 de septiembre de 2015 - 03:58 a. m.

El apoyo que le dio ayer el Partido Conservador a Enrique Peñalosa en su nueva aspiración a la Alcaldía de Bogotá confirmó que la estrategia de lanzarse como independiente terminó por granjearle apoyo en los sectores de la política tradicional. “Seguimos siendo un movimiento ciudadano que llegó por firmas a la candidatura”, dice él. “Ahora nos apoyan los conservadores y Cambio Radical, pero esto nació desde los ciudadanos”.

Tal y como lo anticipó El Espectador a mediados de agosto, la dirección conservadora decidió apoyar oficialmente a Peñalosa. La alianza se selló alrededor de un acuerdo programático. “Me inicié en la política repartiendo volantes para la campaña de Enrique Peñalosa, y hoy, como presidente del Partido Conservador, espero entregarle el impulso final para lograr una victoria en la Alcaldía”, aseguró David Barguil.

Peñalosa, que se inscribió a través del movimiento Recuperemos Bogotá, ya había recibido el apoyo de otra de las fuerzas políticas más tradicionales del país. A mediados de julio, Cambio Radical, el partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras, le dio su guiño para los comicios de octubre. El mensaje deterioró aún más la Unidad Nacional frente a las elecciones en la capital y dejó a Rafael Pardo, el aspirante de la supuesta unión, con el apoyo del Partido Liberal y el Partido de la U, que enfrentó fuertes divisiones al respecto, expresadas en la propuesta de Roy Barreras, codirector del partido, de realizar una encuesta para decidir quién debería ser el candidato entre Pardo y Peñalosa.

La U realizó luego un evento simbólico en el que le entregó el aval a Pardo, como muestra de que la discusión había quedado zanjada. En todo caso, no se ve cercano un acuerdo entre los candidatos, quienes no desaprovechan los debates políticos para guardar distancias y desmarcarse.

No es la primera vez que Peñalosa utiliza la figura de independiente para presentarse a unas elecciones. De las cinco elecciones a la Alcaldía de Bogotá a las que se ha presentado sólo triunfó en 1997, cuando se presentó con esta fórmula. Ahora repite, aunque con nuevos aliados y compromisos. “Cada día somos más los que nos unimos en esta cruzada para recuperar Bogotá”, dijo Peñalosa a tono con el Partido Conservador, al recibir su apoyo, y enfatizó que va a “recuperar los parques de Bogotá, tomados por delincuentes y vendedores de drogas, para que regresen nuestros niños y las familias”. Un discurso a la medida de la doctrina histórica del Partido Conservador Colombiano: familia, religión y seguridad.

Habrá que ver si este nuevo apoyo le suma suficientes respaldos a Peñalosa, ya que la fuerza conservadora en los comicios para Bogotá no ha sido significativa. En las pasadas elecciones, de 45 concejales sólo tres eran conservadores, y uno de ellos, Ómar Mejía Báez, enfrenta un proceso penal por el delito de cohecho por haber recibido, presuntamente, dineros del polémico contrato de las ambulancias firmado durante la alcaldía de Samuel Moreno en 2009. En el Congreso el único representante conservador por Bogotá es Telésforo Pedraza, que durante este gobierno ha sido más santista que cualquiera.

Sin embargo, a nivel nacional la fuerza es distinta. El Partido Conservador tiene 19 senadores y la excandidata a la Presidencia Marta Lucía Ramírez, que ayer celebró el respaldo a Peñalosa, tuvo 366.394 votos en Bogotá. Con esa fortaleza asumió la responsabilidad de reorganizar el partido en la capital.

Hasta hace algunas semanas Ramírez insistía en que su lealtad política seguía firme con el uribismo y el candidato del Centro Democrático, Francisco Santos. Pero, como dicen, la política es dinámica y ayer quedó claro que Peñalosa ganó ese pulso: “Enrique Peñalosa es amigo, es una persona que conozco desde hace muchos años y es, sobre todo, un mandatario que la ciudad está necesitando desde hace varios años. Lástima que no se pudo en el pasado, pero esta vez vamos a encargarnos entre todos de que él sea el alcalde de los bogotanos”, dijo.

Francisco Santos manifestó su molestia en su cuenta de Twitter, y aunque no se refirió directamente al tema, dijo: “Lo más valioso de @mluciaramirez era su coherencia. La sacrificó en temas la legalización de la droga, el aborto y el proceso de paz”. Es prematuro saber si la distancia que marcó con Santos afectará las aspiraciones futuras de Ramírez en política, teniendo en cuenta que siempre ha contado con el músculo uribista. Por lo pronto, aterrizando en Bogotá, Peñalosa recibió ayer las banderas conservadoras, que deberá llevar hasta el final, en la misma mano en la que lleva su pregón de candidato independiente.

Por Natalia Herrera Durán

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