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Por primera vez, los habitantes de la calle compartieron un espacio de discusión con el Ministerio de Salud y la Alcaldía Mayor de Bogotá. Sus opiniones fueron escuchadas y estudiadas por funcionarios de ambas dependencias. El escenario fue el primer foro nacional de habitabilidad en calle, que comenzó ayer en el Palacio de Liévano. Temas como acceso a la justicia, consumo de sustancias psicoactivas, acceso al trabajo, educación y convivencia ciudadana fueron abordados durante el evento. Una petición que sobresalió fue la necesidad de reglamentar la Ley 1641 de 2013, que para muchos habitantes de la calle solo existe en el papel.
Esta ley, que define los lineamientos para la implementación de una política pública para habitantes de la calle, fue criticada por su poca efectividad: “Uno de los objetivos de este foro es aterrizar esta ley. Para lograrlo necesitamos consolidar el plan de intervención para los habitantes de la calle, con presupuesto, tiempos y responsabilidades. Es necesario revisar el papel que está desempeñando cada entidad para cumplir con la ley. La idea es que mañana contemos con líneas de trabajo para abordar esta política pública”, explicó Daniel Andrés Mora, subdirector de la Secretaría de Integración Social.
A su voz se sumó la de Josúe Robles, coordinador en promoción Social del Ministerio de Salud: “es urgente precisas las competencias de las entidades que están relacionadas con los habitantes de calle. El Ministerio está preparando un decreto que define el marco legal que permitirá, sin ninguna excusa, la aplicación de la Ley 1641. Define acciones concretas para los sectores de educación, salud, trabajo, hábitat. Esto se verá traducido en mayor efectividad y rapidez”. Representantes de los habitantes de calle agregaron que para que la ley sea efectiva es necesario aumentar el presupuesto. Sobre este punto, Robles señaló que “lo que se puede hacer por ahora es reorientar y focalizar los recursos de acuerdo a las necesidades de esta población. Una solución que se puede tener en cuenta es que los municipios, en vez de gastar los recursos de las regalías en cemento, piensen en proyectos de acciones preventivas para los habitantes de calle”.
La Secretaría de Integración Social , por su parte, anunció que este año presupuestó $17 mil millones para el cuidado de habitantes de calle. Adicionalmente, se comprometió a abrir dos centros más de autocuidado (actualmente funcionan seis, en donde son atendidos, diariamente, a 1.700 habitantes de calle). Sin embargo, el alcalde Gustavo Petro, que inauguró el evento, admitió que el reto de acabar con las mafias del microtráfico todavía está pendiente: “ Para superar la segregación social es necesario darle poder a la marginalidad. Por eso llegamos al 'Bronx' inagurando jardines y un CAMAD (Centro de Atención Móvil para drogodependientes). Peor perdimos la confianza del habitante de la calle cuando llegó el Ejército con fusiles. El habitante de la calle se confundió. Y hoy, a 10 cuadras del Palacio de Nariño, no existe la democracia, existe un sistema de exclavitud donde los sayayines tiene el poder sobre los habitantes de la calle”.
En el último censo que realizó la Secretaría sobre habitantes de la calle (2011) aparece que de los 9.614 que habitan en Bogotá, el 90% consume sustancias psicoactivas. Tanto el Ministerio de Salud como la Secretaría admitieron que este es un tema a resolver: “Debemos reconocerlos como ciudadanos con derechos, tienen pleno derecho a la salud mental y reproductiva. En el plano de sustancias psicoactivas queremos avanzar en mitigar estas sustancias con otras menos nocivas”, dijo Robles.
Desde la orilla del Distrito, Daniel Andrés Mora explicó que el problema “tiene dos componentes que estamos analizando: el consumo de droga y el reciclaje, ésta última es una opción importante para que ellos puedan trabajar. También han solicitado nuevas sedes y unidades operativas. Ese compromiso debe cumplirse. Frente al microtráfico estamos discutiendo con la Secretaría de Gobierno un enfoque de seguridad humana, es decir, llegar hasta los expendedores de droga sin necesidad de utilizar un trato policivo”. En el foro, habitantes de calle, comerciantes y autoridades analizaron la posibilidad de construir una red comunitaria contra las mafias de microtráfico, que como lo contó El Espectador, se están desplazando a otras localidades como Engativá, Suba, Ciudad Bolívar y Tunjuelito.
La Alcaldía de Villaviencio, que participó en el evento, se mostró interesada en la experiencia de Bogotá, pues en la capital del Meta solo cuentan con un centro de autocuidado para 100 habitantes de calle, cuando están censados cerca de 1.100. Y se interesó, en parte, porque hablaron habitantes que se recuperaron gracias a la ayuda de la Secretaría de Integración Social. No obstante, algunos señalaron que el decreto que va a expedir el Ministerio de Salud debe contar con cuatro líneas generales: atención social integral, manejo integral de consumo de sustancias psicoactivas, seguridad humana y generación de ingresos. “Para que exista una política pública para los habiantes de calle se debe garantizar la inserción laboral. Estuve 20 años en la marginalidad, me recuperé gracias al Distrito peor ahora es muy díficil encontrar trabajo”.
Un caso similar es el de William Moncada, de 57 años. Pasó 20 años consumiendo y hace poco se recuperó en uno de los hogares de la Secretaría de Integración: “ En las empresas no me aceptan porque soy muy viejo, y eso que tengo un título de técnico. Salí y desde entonces me toca vender bolsas de basura. Hay muchos que les pasa lo mismo pero que vuelven a la droga porque la ciudad no les da nada: ni trabajo ni educación. Si esto no lo resuelve la Alcaldía y el Ministerio, será difícil cambiar la situación”.