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La amenaza de violación a la funcionaria de la Alcaldía de Bogotá

Leszly Kalli asegura que todo se desató por los supuestos celos de la esposa del alcalde Gustavo Petro.

El Espectador
09 de julio de 2013 - 10:43 a. m.
La amenaza de violación a la funcionaria de la Alcaldía de Bogotá

Un verdadero novelón se convirtió la historia de Leszli Kalli, una exfuncionaria de la Administración Distrital que fue asesora de comunicaciones de la Alcaldía de Gustavo Petro.

KienyKe.com habló con Leszli y contó todo lo sucedido. “Llegué a la Alcaldía a trabajar con Petro el 26 de febrero de 2012 como asesora de la oficina de comunicaciones. Yo le reportaba, directamente, a Daniel Winograd, que es el asesor de comunicaciones. Pero todo lo que hubiera que firmar lo hacía María Fernanda Cárdenas, porque Daniel no firmaba absolutamente nada”.

“Cuando la oficina de la Primera Dama del distrito, Verónica Alcocer, iba a festejar el Día de la Mujer (8 de marzo) con un gran evento en que se le iban a dar a todas las mujeres del distrito unas tarjetas que decían algo así como: ‘Mujer, porque puedes en tu vientre albergar vida. Porque puedes manejar una casa y ser mamá…’. Quien estaba a cargo de ese proyecto era Moira Garcés, pero cuando se imprimieron las tarjetas y leí la leyenda propuse que debíamos hacer algo que celebrara los derechos de la mujer, entonces le quitaron el proyecto a Moira y quedó en mis manos”.

“Por ahí dos meses después de mi entrada a la Alcaldía, Daniel me llamó un sábado a las 8 de la mañana a mi casa y me preguntó: ‘¿Usted ha estado sola con Petro en su despacho?’, y yo le respondí: ‘No, las dos veces que he ido he ido con usted’. Luego me preguntó si conocía a la mujer del Alcalde, si yo conocía a Verónica y le dije que sí y agregué que (casi 10 días después del episodio de las tarjetas del Día de la Mujer) Moira Garcés bajó con Verónica a la oficina y me saludó: ‘Hola, Leszli Kalli’. A mí eso me dio la impresión de que era para que supiera quién era yo. Cuando yo respondí el saludo, Verónica no me saludó, me miró inmundo y se fue. Entonces Daniel me dijo que no quería volver a verme en la oficina de Petro, que estuviera a metros de ahí. Lo primero que pensé era que alguien se había robado algo y le pregunté qué había pasado. Me dijo que no podía contarme nada pero que me mantuviera a metros de Petro”, cuenta Leszli a KienyKe.com.

“A los pocos días de esta llamada yo debía estar en un evento del Alcalde en Bosa (si no recuerdo mal) a las 5 de la mañana y recibí una llamada de Daniel en que me decía que no fuera al evento pues no me quería cerca de Petro. No me dio explicaciones y me dijo que también estaba fuera de las relaciones internacionales y la prensa que salía de servicios públicos, ambas cosas de las cuales yo estaba encargada. Me dijo: ‘Sale de todo lo que tenga que ver con el Alcalde’. ‘¿Entonces yo qué hago?’, le pregunté. Me respondió: ‘Por ahora no haga nada. Vamos a ver qué vamos a hacer con usted, pero por ahora no vuelva a la alcaldía. Al alcalde se le armó un lío terrible. El hombre tiene mil cosas en la cabeza, miles de problemas, como para estar respondiéndole a la mujer algo todos los días en su casa’. ‘Daniel, ¿usted de qué está hablando?’ Le pregunté. ‘Es que a ella (Verónica Alcocer) le llegaron con el rumor de que usted y el alcalde tenían algo’. Pero Petro a mí jamás me coqueteó, y le dije a Daniel que quería hablar con Verónica. ‘¡Ni se le ocurra! No arme mierdero porque le va mal a usted. Ella es terrible. Ella tiene un problema de celos declarado. Le ha hecho escenas al alcalde todo este tiempo así que le pido que por favor no se meta en eso. Vamos a ver qué podemos hacer con usted. Lo mejor que yo veo es mandarla en comisión a la Secretaría de Salud’, respondió Winograd”.

“Daniel Winograd le explicó a Guillermo Alfonso Jaramillo, secretario de Salud (de ese entonces), mi problema en la alcaldía, quien me dijo: ‘No es solo con usted, ella tiene problemas con todas las mujeres que trabajan al lado de Petro. No hay poder humano que permita que ella vea a una mujer joven y bonita trabajando con el alcalde. Es imposible. La señora tiene un problema de celos grandes’. El problema era que yo era contratista de la alcaldía hasta diciembre 26 de 2012, y no podía estar en comisión en la Secretaría de Salud”.

En total, juntando todo el tiempo en que recibí un sueldo ($5.100.000) y no hice nada fueron tres meses. Además trabajé tres meses en la Secretaría de Salud, pero era un problema y Guillermo Alfonso Jaramillo me pidió que cancelara mi contrato en la alcaldía para abrir uno en la Secretaría de Salud. Entonces volví a hablar con Daniel y él me dijo que me esperara en mi casa mientras él veía a dónde me mandaba. Así pasaron 15 días en que lo llamé todos los días y siempre andaba ocupado o no pasaba al teléfono. Entonces me mandaron a hablar con Gerardo Ardila en Secretaría de Planeación para irme para allá en comisión. Seguí sin hacer nada, solo me sentaba en un pasillo a esperar. En la alcaldía no tuvieron método para deshacerse de mí, porque teníamos un contrato hasta el 26 de diciembre y yo tenía la disposición de trabajar. Pedí que cerraran mi contrato y abrieran otro en la Secretaría de Ambiente, y aunque Daniel dijo que sí, nunca hizo nada”.

Entonces comenzó el chisme de que yo era la moza de Petro y llamaron a mi mamá a contarle. Le dijeron que yo me pasaba metida en el despacho del alcalde. Comenzaron a abrir cuentas anónimas en Twitter para atacarme, pero yo me quedé callada. Una vez me llamó Daniel a regañarme a los gritos, advirtiéndome que me había dicho que nunca volviera a la alcaldía. Que me largara ya mismo que ahí estaba el alcalde… y yo estaba en mi casa. Entonces yo ya le había mandado dos e-mails a Petro en que le decía que no era justo el trato que estaban teniendo conmigo. Jamás me respondió”.

“Cuando pensé que me había salido un puesto en otra parte, volví a la alcaldía a decirle a Daniel que me iba, y él, muy alterado, me pidió que me fuera, que saliera por la puerta de atrás pues acababa de llegar Verónica Alcocer. Yo me negué a salir por la puerta de atrás y me fui. Esa noche, a la una de la mañana me entró una llamada al celular, era un hombre que me dijo: ‘¿Leszli? Oiga, hijueputa, le voy a meter mi verga en su cuca y la voy a partir en dos. ¿Y qué va a hacer, va a ir a decirle a papá Petro? ¿Va a ir a darle quejas al alcalde? ¿Qué va a hacer? La voy a coger y la voy a violar’. De inmediato comencé a tuitear lo que acababa de pasar y publiqué el número celular del que me llamaron. Por la mañana me fui para el Gaula Bogotá, les mostré el número que ellos marcaron y contestó un hombre al que le dijeron que si no quería que fueran a buscarlo a su casa, que fuera para allá. Y allá llegó Christian Puentes, un funcionario de la alcaldía que yo ya había visto. Entonces llamé a Rodrigo Silva, Jefe de la oficina de prensa de la alcaldía y el jefe de Christian. Cuando le conté, él respondió: ‘Eso está por verse’. Christian Puentes me reconoció por escrito lo que hizo en una carta que escribió a mano en el Gaula y se disculpó. Quedó tan bien parado que salió de la alcaldía y terminó trabajando en presidencia. Pero yo le puse una denuncia penal con la Fiscalía”, agregó a KienyKe.com.

 

Por El Espectador

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