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Hombre confesó asesinato de su esposa y quedó en libertad

Luego del homicidio, el hombre se dirigió a uno de los CAI de Engativá a confesar su crimen.

Paula Castillo Lenis/ Elespectador.com
20 de agosto de 2010 - 10:59 a. m.

La familia Barrios Duque no entiende lo sucedido. Hace una semana, exactamente el pasado viernes 13 de agosto, un trágico hecho se presentó en el barrio El Palmar de la localidad de Engativá. Una madre comunitaria que trabajaba con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) fue asesinada en su propia casa y a manos de su esposo.

Todo comenzó a las seis de la mañana. Como todos los días Jined Alexandra Barrios Duque alistaba a sus hijos de ocho y cinco años de edad para que se fueran al colegio. Los niños siempre eran llevados por su padre y ese día no fue la excepción.

Hacia las 6:30 de la mañana los pequeños tomaban su desayuno como de costumbre. En la puerta los esperaba su padre Uriel Pinilla Bello, quien afanosamente los apuraba para que salieran rápido y tomar camino hacia el colegio.

Su madre los despidió sin saber que esa sería la última vez que los vería. Jined Alexandra, que vivía con sus padres y su hermano, quedó en su casa junto a su familia.

Unos minutos después de que Uriel saliera de su casa con sus hijos, y luego de haberlos dejado en el plantel, se devolvió a su vivienda. Cuando entró cerró la puerta con llave, hecho que llamó la atención de Marina Duque, madre de Jined, quien no se explicaba el extraño comportamiento de su yerno.

Jined se encontraba en su habitación y de un momento a otro entró Uriel con un cuchillo en la mano. Cerró la puerta del cuarto y desde ese momento sólo se escucharon gritos por toda la casa.

Ella pedía ayuda y le gritaba a su madre para que la socorriera, pero doña Marina no podía ingresar al sitio donde estaba su hija. Momentos después se dejaron de oír gritos y fue cuando salió apurado Uriel, quien le propinó un puño a su cuñado de 14 años Jhon Barrios, quien le estaba interrumpiendo el paso para que no huyera de la casa.

Todo lo que sucedió después fue llanto y desolación. El cuerpo sin vida de Jined yacía encima de su cama. Su pareja le había propinado 36 puñaladas producto de un ataque repentino de celos, pues al parecer, estaban en proceso de separación.

Cuando la policía llegó a la vivienda, Uriel ya no estaba en la casa. En principio todos pensaron que se había escapado, pero no fue así.

El hombre se había dirigido a uno de los CAI de Engativá a confesar su horrible crimen. De ahí fue trasladado por uniformados a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Granja, ubicada en la carrera 78 con calle 77, en donde tomaron su testimonio.

Lo que pasó después de ese momento todo fue confusión, pues Uriel luego de haber llegado a la estación policial con la ropa llena de sangre a confesar el asesinato quedó en libertad.

Según Marina Duque la policía llegó a la vivienda en donde ocurrieron los hechos, en la calle 66ª con carrera 116, a realizar el levantamiento del cadáver y a buscar ropa limpia para Uriel, pues la que tenía puesta la necesitaban como prueba del crimen.

Ese mismo día las autoridades lo trasladaron a donde la fiscal 302 Clara Helena Mariño, quien lo dejó libre argumentando que no lo podía retener porque no tenía una orden de captura.

"Ese sábado la fiscal encargada le puso una citación para el jueves 19 de agosto a las tres de la tarde, pero él no la cumplió, parece que está huyendo de la justicia. Cómo es posible que una persona confiese un delito y quedé en libertad. El abogado que está llevando nuestro proceso, el señor Manuel Mauricio Martínez, no nos ha dicho si la Fiscalía ya emitió orden de captura contra Uriel", señaló doña Marina Duque.

El abogado Martinéz le dijo a Elespectador.com que la fiscal encargada del caso (Clara Helena Mariño) cometió un grave error. "El artículo 185 dice que cuando ese tipo de hechos suceden, los fiscales tienen que realizar la judicialización de inmediato, hacerle la imputación de cargos y llevarlo a audiencia en ese mismo momento".

Hasta ahora, las autoridades no tienen alguna pista del paradero de Uriel, presunto responsable del asesinato de Jined Alexandra quien tenía 30 años de edad y dos hijos menores de edad.

Por Paula Castillo Lenis/ Elespectador.com

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