Desde el pasado 30 de septiembre, el tradicional Mercado de las Pulgas en Usaquén desapareció. La decisión del cierre obedeció a que, al parecer, la Asociación de Expositores de Toldos de San Pelayo estaba cobrando a los comerciantes por el derecho de exponer los domingos, así como a otras personas que querían pertenecer al gremio.
La Veedora Distrital, María Consuelo del Río Mantilla, le envió una carta a la directora del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Liliana Pardo Gaona, en la que le solicita tomar medidas urgentes para levantar la suspensión del uso temporal del espacio público por parte de los comerciantes que cada domingo y lunes festivo trabajan en Usaquén.
La solicitud de cierre del Mercado de las Pulgas también fue formulada por la Alcaldía Local de Usaquén al argumentar imposibilidad de adelantar un proceso de concertación entre Asociación y comerciantes, y por generar presunta perturbación a los vecinos.
Mediante un comunicado oficial, la Veeduría Distrital dio a conocer que la decisión del cierre fue precipitada. “Las razones esgrimidas por el IDU y la Alcaldía Local no son suficientes ni fundamentadas para ordenar el cese del permiso”.
Por el contrario, para el organismo de control, “la medida tomada por el IDU contribuye a la generación de desempleo e informalidad, porque no sólo afecta a las 122 personas que semanalmente exponen sus artesanías, sino a las familias que dependen económicamente de esta actividad”.
Según las averiguaciones realizadas por la Veeduría Distrital luego de conocer el caso, era claro que el cobro por el derecho a exponer venía haciéndose de tiempo atrás y que la Asociación Toldos de San Pelayo estaba atendiendo los compromisos en las mesas de concertación al suprimir el valor de la cuota de asociación, es decir se había aceptado el ingreso libre de los asociados.
Al revisar el texto de la autorización de uso temporal del espacio público, el organismo de control encontró que no se incluyó ninguna prohibición de cobro en el amplio catálogo de prohibiciones y recomendaciones que contiene dicho permiso otorgado por el IDU a la Asociación, ni ninguna referencia a la necesidad de aumentar el número de socios a 102 o 122.
También puso en evidencia que durante el primer semestre de 2009 no existió ninguna alerta del IDU a la Asociación por el número de socios o sobre la imposibilidad del cobro a algunos de los expositores, salvo hasta el mes de julio.
El organismo de control no ha tenido evidencias de que el IDU hubiera hecho verificaciones frente a la presunta perturbación a la vecindad como en su momento lo expuso el Alcalde Local de Usaquén, Juan Pablo Camacho.
Para la Veeduría, el IDU no agostó un debido proceso y la medida es aparentemente vulneratoria de principios fundamentales y podría ocasionar riesgos para el patrimonio distrital, ante los inconvenientes económicos, que con ocasión de dicha medida se encuentra enfrentada la Asociación.
En la comunicación, la Veedora Distrital, María Consuelo del Río Mantilla le recordó a la directora del IDU, Liliana Pardo Gaona, que la decisión de suspender el uso temporal es exclusiva del IDU, para lo cual, lo que corresponde al Instituto es verificar las condiciones que atentan contra el interés general, puestas en su conocimiento ya sea por el Alcalde Local, autoridades administrativas, órganos de control o la Comunidad.