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Así va la obra en la calle 94 de Bogotá

Los trabajos para la glorieta subterránea van en 64%, luego de tres años desde que comenzaron.

Redacción Bogotá
01 de septiembre de 2015 - 03:25 a. m.

“Es una tortura entrar o salir del barrio. Hay vehículos mal parqueados por todas partes. Los policías de Tránsito se ubican sobre la NQS para ponerle comparendos a la gente, pero no ayudan a organizar el flujo de tráfico en el sector y las señales sobre los desvíos son confusas para los que no viven en la zona. Todo el tráfico está complicadísimo”. Así resume Alba Astrid Cruz, representante de Corpocountry, el lío que se ha vuelto (para los vecinos y demás ciudadanos) pasar alrededor de la calle 94 con avenida NQS, donde avanza una de las obras más complicadas de Bogotá. Tan complicada que, por ahora, el Distrito no tiene una fecha definitiva de entrega.

Lo que sí está claro es que se cumplen tres años de trabajos para construir una glorieta subterránea, que conecte la calle 94 con la avenida NQS, y apenas han avanzado un poco más de la mitad de la obra (64%). Para explicar qué ha dificultado el avance, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) hizo un recorrido por la zona con medios de comunicación (los vecinos no pudieron participar), para mostrar los trabajos que no se alcanzan a ver en la superficie y que se desarrollan a unos 30 metros de profundidad.

Uno de los puntos más críticos fue la reubicación de Tibitoc, una gran red de tubos del acueducto, por medio de los cuales se lleva el agua a unos cuatro millones de bogotanos. Al consorcio AIA-Concay le tomó 21 meses trasladar esta tubería, así como los cables de otras redes de energía y telecomunicaciones, para llevarlas a vías aledañas y garantizar los servicios a los residentes.

Por otra parte, hubo problemas con algunos habitantes del edificio Suit Crown Building, por la posesión de una porción de terreno de espacio público, donde la edificación tenía ubicado un tanque de agua. Los residentes se negaban a ceder el espacio y el IDU señalaba que era necesario para la obra. El director del IDU, William Camargo, dijo que ya solucionaron este inconveniente y “se logró hacer el proceso de construcción que se requería” en este sitio.

Una de las inquietudes que tienen los vecinos con respecto a los trabajos es la vibración que se siente en algunas edificaciones, que a veces se parece a la que genera un temblor, como lo contó a este diario Astrid Cruz. El director del IDU explicó que en el desarrollo de los trabajos se usan instrumentos llamados acelerómetros, para medir el desplazamiento de las paredes metálicas que están instalando debajo de la superficie y evitar los riesgos para las edificaciones cercanas. “Es algo que tenemos que monitorear de manera continua”, agregó.

El recorrido evidencia que sí están avanzando los trabajos, aunque sea a paso muy lento. Esto no es ningún consuelo para los vecinos que ya llevan tres años soportando las molestias, pero al menos es una muestra de que no está parada la obra, como sucedió con la construcción de la troncal de Transmilenio en la calle 26, donde hubo tramos en los que no hubo avance durante meses.

Sin embargo, el edil de Chapinero, Rolando González, llama la atención frente a lo que ha sucedido con el deprimido de la 94, y señala que “al contratista se le firmó una adición de $25 mil millones con requisitos como construir un puente peatonal que no está hecho. Igualmente, la obra tenía que estar lista a octubre de este año y ya el IDU reconoció que no se va a cumplir con el cronograma establecido”.

En cifras

64% es el avance reportado de la obra hasta el cierre de agosto.

166 mil millones de pesos es el valor de la obra.

Por Redacción Bogotá

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