Atentan contra Emilio Tapia

El pasado miércoles un vehículo chocó uno de los carros de su caravana de escoltas y, según las autoridades, el objetivo era atacar al testigo. Uno de los automóviles estaba marcado.

Juan David Laverde Palma
20 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
Emilio Tapia, testigo de la Fiscalía. Reporte del patrullero Úsuga. Vehículo de escoltas chocado.
Emilio Tapia, testigo de la Fiscalía. Reporte del patrullero Úsuga. Vehículo de escoltas chocado.

El pasado miércoles a las 7:25 de la noche, cuando Emilio Tapia se movilizaba con su esquema de escoltas por la autopista Norte de Bogotá, un vehículo verde de marca Mitsubishi con vidrios polarizados tipo campero chocó en tres ocasiones uno de los carros de los guardaespaldas que lo acompañaban. Cuarenta y ocho horas después de los hechos, para la Fiscalía y la Policía no hay dudas de que se trató de un atentado para silenciar a uno de los principales testigos de la justicia en el proceso del carrusel de la contratación de la capital.

El Espectador conoció todos los detalles de los hechos, las fotografías que evidencian el ataque al vehículo del esquema de Tapia y el informe escrito a mano que el patrullero Guillermo Úsuga entregó a sus superiores. Todo comenzó así: desde que salieron del Parque de la 93, luego de que Tapia asistiera a una reunión, sus escoltas se percataron de que estaban siendo seguidos por un Mitsubishi. Sobre la altura de la calle 127 con autopista la persecución se hizo más evidente y el intento de atacar el automóvil de Tapia se dio en esa misma vía entre las calles 153 y 170.

Cuando el Mitsubishi golpeó uno de los carros del esquema de protección, éste se detuvo y el policía que acompañaba la caravana en la moto se acercó para verificar qué ocurría. De inmediato el carro agresor por poco lo atropella. Paralelamente el carro blindado del testigo Emilio Tapia y un segundo vehículo que lo acompañaba siguieron de largo, tal como lo estipula el protocolo de protección. No tardo mucho el Mitsubishi en darles alcance. Entonces, el segundo carro de escoltas empezó a maniobrar y el conductor bajó la ventanilla para tratar de identificar al agresor.

Según el relato de otro guardaespaldas que presenció todo, cuando el supuesto asesino se percató de que en ese carro no iba Tapia, frenó el Mitsubishi, tomó una vía alterna y se perdió del mapa. Una persecución de película en plena hora pico bogotana. Pocos minutos después Emilio Tapia llegó a su residencia y sólo 20 minutos más tarde se dio aviso a la Policía de lo ocurrido. Agentes del CTI y la Fiscalía también hicieron presencia en el lugar y pronto se dieron cuenta de que la camioneta blanca que fue impactada por el Mitsubishi estaba marcada con color negro por el costado izquierdo del platón. Una seña que suelen poner los delincuentes para no equivocar su objetivo.

El patrullero Úsuga explicó en su informe que el objetivo del carro Mitsubishi verde era sacar del camino el primer carro de escoltas de Tapia para proceder con más libertad. Añadió Úsuga que cuando intentó verificar qué ocurría, cuando se detuvo y bajó de la moto, “me tiró el vehículo atentando contra mi integridad física. Este vehículo emprendió la huida y se nos perdió entre la calle 160 y 161, razón por la cual no es posible seguirlo, ya que el protegido (Tapia) quedaba con poco personal en su esquema”. Una vez conocidos los hechos, las autoridades comprendieron que se trató de un atentado, que el agresor no contaba con un tercer vehículo en la caravana de escoltas y que por eso su reacción fue desaparecer.

El Espectador se comunicó con Emilio Tapia, quien resaltó escuetamente: “Entiendo el alto riesgo en el que me encuentro y en el que está mi familia. Sólo les pido a las autoridades que me brinden la protección necesaria para seguir confesando todo. Pero, que quede claro, nada me hará callar”. Uno de los escoltas sostuvo que el agresor del Mitsubishi tenía unos 35 años y barba. El propio Tapia dijo que tres días antes del atentado un vehículo de las mismas características del Mitsubishi que los atacó estuvo siguiendo el carro en el que se movilizaba su esposa y su pequeño hijo. Hay mucha preocupación en la Fiscalía con este episodio. Se nota, por el carro marcado, que se planeó todo con detalle para atentar contra Tapia.

jlaverde@elespectador.com

@jlaverde9

 

Por Juan David Laverde Palma

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