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Ayer salí de la UPJ

Después de un partido de Júnior, me encontraba en la calle 53 con 9ª, en el apartamento de unos amigos. Éramos siete y los cuentos iban y venían, cuando alterada y alarmada llegó la novia de Donaldo y comenzó a contar que entre la 7ª y la 9ª varios jóvenes atracaban al azar.

Juan Guillermo Jaramillo
24 de enero de 2015 - 03:01 a. m.

Mientras instintivamente algunos se asomaban al gran ventanal del apartamento, otros le preguntaban si le había pasado algo y ella contestaba que no, pero que al señor que caminaba unos pasos delante de ella le habían alcanzado a quitar el celular y la billetera.

Un par de minutos después, Gonzalo, cogiendo una botella de ron vacía, preguntaba si salíamos a coger a esos “hijueputas”, explicando que éramos siete y que los ladrones tenían azotado el sector. Ante tal iniciativa, Tato y yo nos miramos con cara de temor, entretanto Moisés decía “démosle una puñera”. Todos decidimos participar en la aventura y le preguntamos a Diana, la novia de Donaldo, cómo iban vestidos los atracadores. Ella respondió que uno tenía gorra y el otro un buzo blanco.

Armados con la botella de ron, salimos los siete en busca de los ladrones. Pasamos a la acera norte de la calle 53 y comenzamos a bajar hacia la carrera 13. Hurgando en caras, gorras y buzos blancos, nos topamos con dos sospechosos que se encontraban sentados en la banca del paradero de buses; ninguno llevaba gorra pero uno vestía un buzo blanco. Ya fuera por temor, por no saber cómo enfrentarlos o por falta de un indicio de confirmación, decidimos pasar de largo hasta llegar a la esquina de la 13, donde Bobby, volviendo la mirada hacia los dos sospechosos, dijo “esos son”.

Cansado de tanto titubeo, el Negro dijo “me voy pa’ la casa”, encaminándose nuevamente hacia el paradero donde seguían los sospechosos sentados. Todos nos quedamos mirando al Negro acercarse al paradero cuando los sospechosos se levantaron y comenzaron a caminar. Inmediatamente, Bobby volvió a decir, pero ahora a viva voz, “esos son”. Al escucharlo, los ladrones comenzaron a correr y nosotros tras ellos. Donaldo interceptó una camioneta de Policía que pasaba en ese instante. Dos cuadras más adelante alcanzamos al de buzo blanco y cuando Bobby aventó el primer puño se escuchó un “no le peguen” desde una camioneta que se acercaba. De la camioneta se bajó un policía que requisó al ladrón y le pidió papeles, a lo que éste respondió: “No los tengo, ayer salí de la UPJ”.

Por Juan Guillermo Jaramillo

 

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