Los integrantes de la banda se hacen pasar por clientes, solicitan cualquier producto y luego de unos minutos desenfundan sus armas.
Además de robar el producido del establecimiento comercial, hurtan los objetos personales y el dinero de la clientela que en esos momentos realiza sus compras.
Las dos droguerías afectadas en menos de una semana hacen parte de la misma cadena comercial, por lo que una empleada sospecha de la competencia.
Por El Espectador
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