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Biblioteca 24 horas

La Biblioteca Central de la Universidad Nacional funcionará 24 horas hasta el día jueves. El Espectador acompañó la consulta de libros durante una de sus jornadas.

Steven Navarrete Cardona
04 de diciembre de 2014 - 04:36 p. m.
Universidad Nacional/Archivo
Universidad Nacional/Archivo

Aunque cualquier persona podría pensar que pasar la madrugada entre los gélidos estantes y pasillos de una biblioteca universitaria sería algo para morirse del aburrimiento, o tipificaría como un castigo ladino para los estudiantes que dejaron todo para el final, la apertura de tres niveles de sus instalaciones en otra dimensión temporal a la habitual, resultó en una nueva forma de apropiación de los espacios universitarios por parte de los estudiantes.

Para llegar a la biblioteca de la Universidad Nacional de Colombia, si entra por la puerta principal en la calle 45 con 30, se debe atravesar un peculiar corredor de árboles iluminado con una sobria hilera de faroles que emiten una luz tenue y que apenas sirve para ver los rostros de los estudiantes que día a día transitan el Alma Mater.

Aunque la biblioteca ha estado a reventar todo el día, en parte por el fin de semestre, el volumen de visitantes se intensifica cuando el reloj marca las nueve de la noche. Personas con gorros de lana, cobijas, termos, algunos con colchonetas aislantes y sacos para dormir pasan por la angosta entrada del nuevo edificio de la biblioteca central bautizada "Gabriel García Márquez", en honor a uno de los estudiantes más ilustres del centro educativo, quien, al igual que Jaime Garzón, no se graduó.

La estructura de la biblioteca que empezó a funcionar en 1971 fue renovada en 2008 dándole un toque vanguardista y apostándole a un ambiente mucho más propicio para construir conocimiento en equipo.

Tambores y gaitas resuenan en la plaza 'Che', antigua plaza Santander. Un par de fogatas se han encendido y un grupo de 20 personas baila a sus alrededores. Los estudiantes aprovechan la noche del jueves para relajarse como lo hacían el viernes antes de que la jornada se redujera hasta las cuatro de la tarde.

A las 11 de la noche, el 'bullerengue' no se aquieta a las afueras de la biblioteca ni a su interior. Numerosos grupos han acudido a la convocatoria que la Dirección Nacional de Bibliotecas SINAB ha hecho a los estudiantes para terminar semestre.

"La iniciativa fue de la Jefatura de la División de Bibliotecas de la Sede Bogotá. A decir verdad la medida no tenía eco, se decía "abrir 24 horas la biblioteca no es posible -ni mi esposa creía que algunos estudiantes se quedarán toda la noche-, pero con el apoyo del Vicerrector de la Sede Bogotá Diego Hernández Losada quien está comprometido con la construcción de una universidad de talla mundial, con quien compartimos la visión que las bibliotecas en la universidad son un pilar fundamental para la docencia la investigación y la extensión, se hizo realidad. Claro, apoyados en el compromiso de varios funcionarios y estudiantes que entendieron las virtudes de prestar este servicio dejando la comodidad de su horario habitual, decididos a pasar la noche en vela o apoyando las labores en la jornada cotidiana, pues se implementó sin personal adicional, salvó el apoyo de los estudiantes de corresponsabilidad", anotó Camilo Andrés Amórtegui Díaz, jefe de la división de bibliotecas.

Cada esquina posible, cada espacio para apropiarse durante la jornada, cada enchufe, cada silla, todo está lleno. ¿Dónde puedo encontrar un enchufe? Le pregunta una estudiante a una funcionaria, todos buscan salvar su computador portátil o celular.

A las tres de la mañana, con desgaste notable, los funcionarios de turno se dedican a organizar los libros de manera constante en un ejercicio cíclico para no dormirse. Es la primera vez que se puede comer en la biblioteca, no de manera implícita pero los estudiantes lo hacen para resistir la jornada. Muchos llevan comida, otros se proveen de golosinas, chocolatinas, cigarrillos, tinto y en una improvisada tienda –conocida como ‘Chaza’- a las afueras de la biblioteca.

"Se acordó con 6 colaboradores de planta, quienes manifestaron voluntariamente su interés de participar en la implementación de la medida. También se cuenta con un número mínimo de 2 estudiantes de corresponsabilidad -estudiantes acogidos por un programa de Bienestar Universitario quienes están en situación de riesgo socioeconómico pues no cuentan con apoyo de sus padres, están en riesgo de deserción, pertenecen a un grupo identificado como vulnerable- que reciben una compensación económica por su colaboración con las actividades de la biblioteca y prestan sus apoyo los sábados. Pero para la implementación de la medida se les hizo extensiva la invitación y teniendo en cuenta que su prioridad es el buen rendimiento académico se ordenó una programación para apoyar la iniciativa las noches que podían" anotó Amórtegui.

Mientras algunos fuman a las afueras, hablan de los profesores, de las clases, de la dificultad de los parciales, de los amores perdidos y de los que se conocerán, de Marx y Freud, del proceso de paz en la Habana (Cuba), de la banda de ladrones conocida como los 'travestis' que atraca en las inmediaciones de la Universidad amenazando con infectar de alguna enfermedad mortal con jeringas si no les dan monedas, de la necesidad de acelerar el reforzamiento estructural del edificio de enfermería, de ampliar los cupos universitarios para las regiones, y la nostalgia de las residencias universitarias.

Mientras tanto al interior, el primer piso, una máquina para tinto se ha convertido en el lugar de encuentro. Todos hacen fila mientras observan la exposición temporal en honor al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Mientras esperan el tinto pueden tomar de las paredes de la muestra artística, hojas con las apreciaciones sobre obras como 'Las batallas en el desierto' de José Emilio Pacheco, y sobre autores como el nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, de Luis Fayad, Franz Kafka, Ernest Hemingway, su amigo Álvaro Cépeda, William Faulkner entre otros.

En la sala de música que está a reventar, un grupo se ha dispuesto a proyectar películas toda la noche, enamorados, y desprevenidos se tienden sobre 'Sleeping', convirtiendo la sala en todo un cinema.

"Me parece una iniciativa muy importante para la integración de los estudiantes. Una propuesta que se ha consolidado en otros países como España, resulta fundamental para las personas que trabajan, permite un acceso más democrático a los libros y sobre todo crea espacio espacios de integración", anotó Diana Gómez, una de las participantes de la jornada.

A las cuatro de la mañana tal vez una de las horas más complejas por el desgaste físico que exige el trasnocho, se puede ver a una decena de estudiantes paseándose por los corredores y tratando de espantar el sueño.

En la biblioteca los espacios destinados para el trabajo en equipo, están diseñados de manera circular, con paredes de vidrio y puertas corredizas que dejan totalmente herméticas la estructura, para no incomodar a los demás. A las 10 de la noche no existe uno sólo vacío, y a falta de un tablero acrílico, algunos han hecho uso de las paredes, haciendo operaciones con marcadores borrables.

La biblioteca también tiene dispuestos algunos sofás en el segundo y tercer nivel para que los estudiantes puedan leer de manera amena.

En toda la noche no se oyó el común 'por favor silencio', y existió una relación más cercana entre los estudiantes resultando en una nueva forma de aprender en la biblioteca pública más importante del país.

Los directivos de la biblioteca, señalaron el éxito de la iniciativa, evidenciando que según las estadísticas el día jueves de la semana pasada, fue el día en que más estudiantes recibió, acercándose a completar los 544 puestos de consulta y llegando a 507 personas consultando libros en sala a las 10:00 p.m., número que fue cambiando al correr las horas ya que a las dos de la mañana había 407 personas y al finalizar la jornada, a las seis de la mañana, se encontraban 310 estudiantes en la biblioteca.

Las directivas de la biblioteca se encuentran a la espera de examinar los resultados de estas primeras jornadas para evaluar si la extensión de la medida podría beneficiar a muchas más personas.
 

Por Steven Navarrete Cardona

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