Bogotá quiere ser la más sostenible

La adecuación de bicicarriles y la iniciativa ciudadana que pinta de colores las cebras peatonales fueron reconocidas en Medellín.

Esteban Dávila, Verónica Téllez Oliveros
10 de abril de 2014 - 03:10 a. m.
Cebras por la Vida recibió el premio Sostenibilidad Creativa. / Cebras por la Vida
Cebras por la Vida recibió el premio Sostenibilidad Creativa. / Cebras por la Vida

Los ciudadanos del mundo están reclamando cada vez más el derecho a vivir en lugares cómodos e incluyentes. Durante el 7º Foro Urbano Mundial en Medellín, el director de ONU Hábitat, Joan Clos, y el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, exhortaron a los líderes y ciudadanos a enfocarse en la senda de la sostenibilidad si se quieren construir “ciudades habitables”.

En Colombia, un movimiento que trabaja por que la ciudadanía se empodere en estos temas es La Ciudad Verde, que esta semana premió iniciativas creativas de los habitantes y los municipios del país.

Uno de los tres premios entregados en Sostenibilidad Creativa fue para el bogotano Germán Sarmiento, quien presentó su propuesta Cebras por la Vida, la que define como “una forma de llamar la atención sobre un problema que se ha mantenido invisible en la ciudad: el de ser peatón”, uno de los actores más vulnerables en la vía.

Se trata de un acto pedagógico que busca hacer el reclamo a la sociedad para que proteja al peatón y al Estado para que intervenga en cuestiones tan elementales como el cuidado de la cebra y el control alrededor de elementos de la seguridad vial para que se “pueda caminar dignamente por la ciudad”.

Para ello identifican puntos claves dentro de Bogotá y se convoca a la gente para intervenir las cebras de una forma divertida y llamativa, por medio del arte.

El proyecto ha ido evolucionando en los dos años que tiene de vigencia. En principio era una actividad netamente ciudadana, pero desde agosto del año pasado la Secretaría de Movilidad y la Veeduría Distrital se unieron para llevar a Cebras por la Vida a los colegios de Bogotá, donde hacen un proceso de reflexión con los estudiantes sobre seguridad vial y la importancia de priorizar al peatón, para luego invitarlos a que sean protagonistas de lo que Sarmiento llama “la pintada”.

En este momento, el objetivo de la iniciativa es empezar a plantear una estrategia de financiación, pues hasta ahora todo ha salido del bolsillo de los creadores y de los ciudadanos que voluntariamente donan y llegan para pintar una cebra. En las primeras semanas de abril habrá una intervención a gran escala y a mediados de mayo habrá otra, que ya cuenta con patrocinio, en 10 cebras del Parque de la 93.

Bogotá también fue premiada con el premio Sostenibilidad Urbana gracias a sus iniciativas en fortalecimiento de modos de transporte no motorizado, bajo consumo de agua y energía y reciclaje de materiales para construcción. Los miembros de La Ciudad Verde han insistido en que no se trata de considerar a la ganadora como la ciudad más sostenible, sino la que ha enfocado sus proyectos en esta senda y da pequeños pasos hacia este fin. Dos de los proyectos que postuló Bogotá como buenas prácticas en el tema fueron su iniciativa de crear bicicarriles y el aumento de la red de ciclorrutas.

“Presentamos el proyecto de 245 kilómetros nuevos de ciclorrutas que queremos desarrollar en la ciudad y que hemos comenzado con los bicicarriles en zonas como la carrera 50 y el sector de Mundo Aventura”, cuenta William Camargo, director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), que recibió en Medellín el galardón de La Ciudad Verde.

La ciudad también presentó una estrategia de reciclaje que las entidades del Distrito han adelantado para sus construcciones con grano de caucho y material de excavación. Para Camargo, el premio “ratifica que Bogotá hace la tarea con sentido social, ambiental y de equidad. Estos paradigmas son los que hoy en día están moviendo ciudades sostenibles en Europa, y que Bogotá esté avanzando en eso significa que hemos aprendido la lección. Obviamente falta mucho por hacer, pero estamos en la senda sostenible de la urbanización”.

El director del IDU también celebró el premio para Cebras por la Vida. “Me parece muy bueno el proyecto. Eso se llama urbanismo táctico: si no llega la administración, pues la comunidad se apropia de un espacio y eso nos obliga a movernos más rápido en gestión para cumplir con sus necesidades”, dijo.

Tanto Cebras por la Vida como las otras dos iniciativas ganadoras, Más cebras en Ibagué Musical y Calle Ejemplar, de Bucaramanga, recibirán un incentivo de $500.000 para invertir en sus actividades. La Ciudad Verde espera continuar entregando estos galardones.

vtellez@elespectador.com

Por Esteban Dávila, Verónica Téllez Oliveros

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