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La Bogotá que recibe Peñalosa

Una política educativa elogiada por la Unesco, deudas de las EPS a la red pública, un SITP inconcluso y un sistema de aseo por organizar, son algunos de los puntos claves que encuentra el nuevo alcalde.

Redacción Bogotá
03 de enero de 2016 - 01:15 a. m.

Para poner en marcha los proyectos ambiciosos que sueña para Bogotá, el alcalde Enrique Peñalosa tendrá que resolver varios temas inconclusos en la ciudad, como la terminación del Sistema Integrado de Transporte Público, pues fue una de las tareas pendientes que dejó la administración de Gustavo Petro. Debe hacer frente a problemas estructurales como el de las deudas de las EPS a la red hospitalaria de la ciudad. Además, tendrá que abrir la licitación para la prestación del servicio de aseo en la ciudad. El Espectador eligió los sectores claves para contarles cuál es la ciudad que recibe el nuevo mandatario para cumplir el “cambio” que les prometió a quienes lo eligieron.

Educación

La política educativa implementada en la administración Petro ganó una muy alta cuota de legitimidad hace dos semanas, cuando una comisión evaluadora de la Unesco calificó cuatro programas claves como un hito internacional. Entre esos estaba la jornada extendida (conocida hasta hoy como 40 por 40), que Peñalosa ha prometido convertir en una jornada completa para todos, si se tiene en cuenta que de los casi 900.000 estudiantes matriculados, hasta ahora beneficia a 255.000. Peñalosa también se embarcará en un programa de infraestructura en el que posiblemente haga la diferencia frente a su predecesor, si se tiene en cuenta que Petro incumplió con su meta de construcción de colegios. Eso sí, la Secretaría del ramo dejó un documento en el que especifica en qué barrios hay déficit de colegios (los del occidente y el sur) y gestionó 151.000 metros cuadrados para infraestructura escolar. La nueva administración ya anunció que su gran apuesta en este campo serán megacentros que sirvan como espacios de encuentro para el aprendizaje de artes y deportes.

Salud

Peñalosa deberá lidiar, como cualquier alcalde, con la falta de pago de las EPS, que les deben a los hospitales públicos de Bogotá unos $870.000 millones. Además, por orden del Gobierno Nacional deberá comenzar a inyectarle recursos a la EPS Capital Salud, cuyo dueño principal es la Alcaldía y tiene un déficit de $330.000 millones. De hecho, en estos primeros días de mandato tendrá que enfrentar las consecuencias de la liquidación de Caprecom, cuyos afiliados pasarán, entre otras, a Capital Salud (181.200). En medio de las dificultades propias del sistema, el nuevo secretario, Luis Gonzalo Morales, anunció que construirán una central de urgencias para el sur, en el Hospital de Kennedy. Es poco claro si continuará la recuperación de Hospital San Juan de Dios como lo planteó Petro; el Ministerio de Cultura aprobó en diciembre el Plan Especial de Manejo y Protección, documento en el que constan las intervenciones propuestas para poner a funcionar otra vez ese complejo de edificios. El plan cuesta $720.000 millones, que Petro consideró que podía pagar el Distrito con privados. Sin embargo, Morales ha declarado que ese plan le parece muy costoso y que la inversión le corresponde a la Nación. La estrategia para atender adictos en los Centros de Atención Médica a Drogodependientes (Camad) también cambiará, pues la nueva administración quiere que manejen indicadores más claros. Son 17.

Aseo

La Corte Constitucional le reconoció en varias ocasiones a la administración Petro la política de inclusión y reconocimiento de la labor de los recicladores. Sin embargo, hace dos semanas también le ordenó a la Alcaldía cumplir con el mandato de la Superintendencia de Industria y Comercio que pide el retorno a un sistema de recolección de basuras donde prime la libre competencia. Esto, en plata blanca, significa que la administración de Peñalosa debe abrir una licitación que les permita a los operadores interesados competir por la prestación del servicio en determinadas zonas de la ciudad. Está por verse si el nuevo alcalde mantiene en ese negocio al Acueducto como un operador más (el único público), labor que desempeña esta empresa a través de su filial Aguas de Bogotá, tal y como lo dispuso Petro. La condición más importante para adelantar esa licitación, de acuerdo con la Corte, es que se mantenga la política de reconocimiento a los recicladores.

Política

De los 45 concejales, Peñalosa contará seguramente con los nueve de Cambio Radical, los seis del Centro Democrático, los tres conservadores y al menos dos de los seis verdes. Son veinte, que probablemente serán reforzados por las bancadas de La U (cuatro) y Opción Ciudadana (uno). La oposición oficialmente estará en manos del Polo (cuatro) y Progresistas (uno) que, siendo minoría, difícilmente tendrán opción de bloquear algún proyecto. Donde sí es posible que el nuevo alcalde encuentre resistencia política es en los sindicatos. En el del Acueducto, por ejemplo, hay prevención por lo que llegue a hacer, teniendo en cuenta que el mandatario se mostró en contra de la inclusión de cerca de 1.600 empleados de planta a finales del año pasado.

Planeación y vivienda

Peñalosa deberá construir el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que regirá la ciudad durante los próximos doce años. De este plan se desprenderán otros proyectos, como la derogación del decreto 562, que reglamenta los edificios de altura en Bogotá, y la forma en que la ciudad se expandirá hacia el norte, donde se encuentra la reserva Thomas Van der Hammen. Articular la planeación entre la capital y los municipios de Cundinamarca, especialmente Sabana Oriente, también será vital para el crecimiento de la capital. En la construcción de la Avenida Longitudinal de Oriente (ALO), obra impopular en la administración Petro, no encontrará mucha oposición, ya que el gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, y el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, han dicho que también está dentro de sus prioridades.

Seguridad

En materia de seguridad, la nueva administración recibe una ciudadanía incrédula, pues a pesar de que en los dos últimos años se registró la cifra más baja de homicidios en la historia de Bogotá y que recientemente se conoció que la capital del país se consolidó como la ciudad con el más alto índice de reducción de robos de móviles, según cifras del Ministerio de las TIC, Sideco, Policía Nacional y el Observatorio del Delito, los capitalinos no se sienten seguros al salir de sus casas. Así lo han revelado estudios que sondean la opinión de los ciudadanos, tal como la Encuesta de Percepción y Victimización realizada por la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), que reveló que por lo menos el 52 % de los encuestados sienten que su ciudad es insegura. Dichos resultados arrojaron también que donde los ciudadanos sintieron que más aumentaron las riñas y hurtos fue Transmilenio. Y es precisamente el hurto el delito que más preocupa a la gente.

Otro de los grandes problemas que han tomado fuerza en la capital es del microtráfico de drogas. La presencia de grandes redes delincuenciales en localidades como Suba, Ciudad Bolívar o Bosa parece crecer cada vez más y sus tentáculos han llegado hasta los colegios, donde miles de jóvenes han terminado involucrados en el consumo y la distribución de estupefacientes.

A estos fenómenos delincuenciales se suma la pobre relación entre el Distrito y la Policía, que en estos últimos cuatro años se deterioró de manera considerable. Fue evidente la separación de dos instituciones que deben trabajar de la mano para garantizar la seguridad en la capital, así que esta es una fuerza que se debe afianzar y retomar.

Así, los retos en seguridad son enormes. Precisamente fue uno de los temas fuertes que tocaron en diferentes debates los candidatos a la Alcaldía en la pasada contienda electoral. Peñalosa ha demostrado que el tema es de sus prioridades, con la creación de la Secretaría de Seguridad y la designación para esta de Daniel Mejía, un experto en seguridad ciudadana y drogas.

Movilidad

Este es uno de los sectores más importantes para Peñalosa y donde más tendrá que trabajar, pues además es quizás el tema que más inconformidad genera entre los ciudadanos. Una primera tarea que debe adelantar es terminar de implementar el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), que luego de tres años de haber comenzado a funcionar, aún no está completo. Justamente este fue uno de los temas a los que se refirió el alcalde Peñalosa en su discurso de posesión, en el que además agregó que una falla del sistema es no tener la adecuada cobertura ni puntos suficientes de recarga de la tarjeta Tullave.

Transmilenio será un gran desafío para Peñalosa. Pese a ser el padre de este sistema de transporte masivo, hoy lo recibe en condiciones completamente diferentes a las que se proyectaron originalmente. Diariamente mueve a más de dos millones de ciudadanos, cuyas principales quejas son la inseguridad en buses y estaciones, las ventas ambulantes, los colados, las demoras de las rutas y la congestión en las horas pico.

Además, la red del sistema debería tener listas al menos las troncales de la carrera Séptima y de la avenida Boyacá. Sin embargo, en las tres últimas administraciones el rechazo político por este medio de transporte hizo que los gobiernos no le apostaran a su desarrollo. Apenas el pasado 31 de diciembre la administración saliente de Gustavo Petro abrió la licitación para contratar la construcción de la Boyacá en su primera fase.

Según la nueva gerente de Transmilenio, Alexandra Rojas, los proyectos claves serán la construcción de las troncales de la carrera Séptima y las avenidas Boyacá y 68. Además, dijo que en los primeros cien días de su gestión hará intervenciones puntuales para simplificar el sistema y desarrollará acciones con la Policía para mejorar la seguridad.

Otro punto que Peñalosa debe resolver en el tema de transporte es el aumento del pasaje de Transmilenio. Esta semana el exgerente del sistema Sergio París afirmó que la administración de Gustavo Petro dejó listo el estudio que recomienda un aumento de entre $100 y $200, pues en los últimos cuatro años la tarifa no tuvo el incremento tradicional de $100 que se contemplaba para no desequilibrar al sistema. Ahora, las cuentas no dan abasto y el aumento que no se implementó antes tendrá que ordenarse en los primeros meses de este gobierno, pues las cuentas no cuadran.

Además, el nuevo alcalde también recibe el sistema de transporte con un subsidio a la población con Sisbén, cuyo costo es de $138 mil millones, que para 2016 está incluido en el presupuesto, pero no se sabe si Peñalosa lo mantendrá en los siguientes años.

En cuanto al metro, Peñalosa tiene disponibles los estudios que dejó la administración de Gustavo Petro, con los cuales es posible abrir la licitación. Pero, el alcalde ha insistido en hacer revisiones al diseño con la idea de hacer una versión elevada, que tenga menos costos.

Las cifras de la capital para la nueva administración

SITP a medias
El Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) solo cuenta con 530 de las 650 rutas que están propuestas. Así lo dijo la subgerencia de Comunicaciones de Transmilenio. Las 120 rutas restantes están operando bajo la modalidad de “SITP provisional”.

Educación de calidad
El 75 % de los colegios distritales obtuvo resultados alto, superior y muy superior en las pruebas Icfes 2015. Eso quiere decir que el número de colegios con resultados de excelencia se cuadruplicó desde 2008. Es el porcentaje más alto que ha logrado Bogotá.

A manejar bicicleta
En su discurso de posesión, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, aseguró que una de las metas de “Bogotá, mejor para todos” es que el 10 % de lo ciudadanos se desplacen en bicicleta. Para ello aumentarán la cantidad de ciclorrutas y la seguridad en ellas.

Transmilenio de calidad
Darío Hidalgo, exsubgerente de Transmilenio, afirma que el sistema debe avanzar a una ocupación entre 4-5 pasajeros por metro cuadrado dentro de los buses. Para lograrlo hay que mejorar el despacho y el mantenimiento de frecuencias e implementar tecnologías nuevas.

870 mil millones de pesos les deben las EPS a los hospitales públicos de Bogotá.
151 mil metros cuadrados para infraestructura escolar dejó la anterior Secretaría de Educación.
16 de cada 100 personas se movilizan en carro particular en Bogotá.
821 millones de pasajeros movilizó Transmilenio durante 2015.

Por Redacción Bogotá

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