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“No hay capacidad de ejecución en la administración”. Ese es el principal temor de la Veeduría Distrital frente al presupuesto aprobado para 2014, argumentando que, si bien en el 2012 el presupuesto total fue equivalente a $11 billones y en 2013 a $13 billones, sólo se han gastado e invertido un poco más de la mitad de ellos. Para el 2012, por ejemplo, sólo se ejecutó el 63%, mientras que para el 2013, sólo el 58%.
Por dichos antecedentes, la Veeduría advirtió sobre el riesgo que puede representar para la ciudad tener más recursos sin antes realizar un fortalecimiento del aparato público. Labor que implicaría, según Córdoba, robustecer los sectores de Hacienda y Planeación del Distrito, como garantes estratégicos de la eficiencia de los recursos de la ciudad.
El ente de control insistió en la necesidad de que el Distrito recupere su capacidad de actuar con eficiencia y celeridad, pues dice, estos no son parámetros prioritarios dentro de la administración. También, manifiesta que mientras no se mejore es necesario “el diseño, establecimiento y puesta en marcha de mecanismos óptimos de seguimiento y evaluación a los resultados de la gestión”.
Otros problemas que presenta la administración en cuanto a la ejecución de los recursos, evidenciados por la Veeduría Distrital, tienen que ver con la falta de pertinencia del gasto de inversión. Una de las razones: hay normas nacionales que impiden que se destinen los rubros para lo que son. Sin embargo, aseguran que la estructura de gastos se encuentra relativamente estable.
En cuanto al cupo de endeudamiento que se empezará a utilizar a partir del 2014, la Veeduría ha calificado la asignación de $1.8 billones para 2014, de los cerca de $4 billones disponibles, como una “pretensión optimista” del Distrito. Esto, si se considera que la capacidad de adquirir deudas aumentó en un 6% respecto al año anterior y que la ciudad ha perdido la exposición con el mercado financiero, específicamente con el internacional, que es el que podría responder por un monto de esa naturaleza.
Finalmente se hizo hincapié en la urgencia de analizar, con precisión, si se está cumpliendo o no con la programación y asignación de los recursos necesarios para el Plan de Desarrollo. La Veeduría dice que, “2014 es la última oportunidad con que cuenta la administración para lograr las metas del Plan de Desarrollo y, por ende, el mejoramiento de la calidad de vida de los bogotanos”.