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Buscan legalizar vertimientos en el río Tunjuelo

La CAR deberá pronunciarse sobre petición para tirar lixiviados en el río. Si no la aprueban, dicen que seguirán por fuera de la norma.

Carlos Hernández Osorio
05 de marzo de 2015 - 03:36 a. m.
El río Tunjuelo atraviesa cinco localidades de Bogotá y en su cuenca media recibe los desechos de Doña Juana. / Archivo
El río Tunjuelo atraviesa cinco localidades de Bogotá y en su cuenca media recibe los desechos de Doña Juana. / Archivo
Foto: DAVID CAMPUZANO 2012

El río Tunjuelo es el destino de los lixiviados que genera la basura del relleno Doña Juana. Por años, el Distrito lo ha hecho sin permiso de las autoridades ambientales. Ahora busca corregir y hace un nuevo intento por conseguir la autorización bajo el compromiso de tratar mejor esos líquidos —producto de la descomposición de los residuos sólidos que allí se depositan—, para que caigan al río bajo parámetros aceptables.

La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) tramita desde diciembre de 2013 el permiso ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) para arrojar esos líquidos al río, al menos de manera legal. Esta entidad declaró la semana pasada, mediante un auto, que había reunido “toda la información para decidir de fondo” sobre la solicitud, que ya había negado hace dos años y que de ser aprobada tendría una vigencia de diez años.

El río Tunjuelo, de acuerdo con información del Acueducto, nace en el páramo de Sumapaz y desemboca en el río Bogotá, en un recorrido por las localidades de Tunjuelito, Usme, Ciudad Bolívar, Bosa y Sumapaz. En su cuenca media está Doña Juana.

Dos discusiones recientes ambientan la decisión que debe tomar la CAR: una, relacionada con la advertencia que la Contraloría le hizo al Distrito en diciembre pasado, debido a que al relleno solo le quedan cinco hectáreas libres para la disposición de residuos, de las 234 con las que cuenta. La otra tiene que ver con las observaciones que se conocieron esta semana en una sesión de control político en el Concejo, en la que algunos cabildantes denunciaron el incremento de los residuos generados en Bogotá.

La Uaesp ha argumentado que el programa Basura Cero, bandera del alcalde Petro, logrará “en el mediano plazo” reducir la cantidad de residuos, lo que permitirá prolongar la vida útil del relleno y, por lo tanto, disminuir la cantidad de lixiviados. De hecho, Pedro Ramos, jefe de Disposición Final de la Uaesp, indica que cada vez es más lento el incremento de residuos depositados en Doña Juana y de los líquidos vertidos al río Tunjuelo. Aclara, de todas formas, que “el relleno jamás ha estado dentro de la norma”, en el vertimiento de estos.

Pone como ejemplo que en abril de 2011, antes de que comenzara esta administración, la planta de tratamiento de lixiviados vertía 23 litros por segundo y que en julio de 2014 esa cantidad bajó a 20 litros. Lo que se pretende ahora es mejorar la operación de la planta de tratamiento para tratar todos los líquidos que generan los desechos sólidos y evitar el vertimiento al río Tunjuelo de cantidades mucho más impuras de lo que permite la CAR.

Hay que recordar que la Contraloría en 2009 manifestó la necesidad de mejorar la capacidad de tratamiento de esa planta, pues en un comienzo solo podía procesar 13 litros por segundo, cantidad inferior a la que produce el relleno.

El ingeniero Ramos llama la atención para que la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico permita que el costo del tratamiento de lixiviados se pueda cobrar en la tarifa de aseo que pagan los ciudadanos —algo que ahora no es permitido—, pues así contarían con más presupuesto para abordar el problema y cumplirle a la CAR.

Willington Rocha, ambientalista de Ciudad Bolívar, advierte que, más allá de estos planes, los lixiviados en el río afectan a las comunidades aledañas y a las de aguas abajo, debido, entre otras cosas, a la contaminación por causa de metales pesados que llevan esos líquidos. Por eso pide “no más relleno”.

En 2013, por otra parte, una investigación de la Universidad Nacional realizada por Diana Lucía Cristancho, a su vez contratista de la Uaesp, concluyó que el deterioro del río “no se puede atribuir exclusivamente al vertimiento” de esos líquidos, pues también influyen la explotación de canteras, las curtiembres, ladrilleras, industria química, entre otros. Sin embargo, propuso que en un futuro sean depositados en la red de alcantarillado de Bogotá para que lleguen a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Canoas, obra que está suspendida.

La CAR tiene la palabra para decidir si los líquidos que se siga tragando el Tunjuelo por cuenta de las basuras cumplen con las condiciones mínimamente aceptables o de lo contrario la Uaesp sigue incumpliendo las normas.

 

Por Carlos Hernández Osorio

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