Buses del SITP, camuflados en el TPC

225 buses del transporte tradicional, propiedad del SITP, continuaron rodando en el viejo esquema por dos años. / Gustavo Torrijos

Mientras la ciudad aún no tiene completo su Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y los buses tradicionales siguen funcionando junto a los buses azules, ayer en el Concejo se conocieron nuevos datos sobre el impacto económico que podría sufrir la ciudad por los retrasos en la implementación. Esta vez se trata de las consecuencias por la demora en la salida de circulación de 225 buses viejos y la posible responsabilidad de los operadores del sistema.

La concejal María Victoria Vargas denunció que aunque esos 225 vehículos del transporte tradicional fueron comprados por empresas del SITP, no pasaron a ser parte de su esquema (a ser buses azules) ni fueron chatarrizados. Por el contrario, continuaron rodando bajo el modelo del antiguo Transporte Público Colectivo (TPC). Es decir, con las rutas tradicionales y recibiendo el pago del pasaje en efectivo, pese a que ya eran propiedad de las operadoras.

Esta información fue reconocida por la administración distrital al responder un derecho de petición que le envió la concejal Vargas a la Secretaría de Movilidad. La entidad dijo que “a la fecha (9 de septiembre) existen 225 vehículos operando en el TPC con derecho de dominio a nombre de los siguientes concesionarios: Consorcio Express, Empresa de Transporte Integrado de Bogotá, Este Es Mi Bus, GMóvil, Masivo Capital, Organización SUMA y Transporte Zonal Integrado”.

Esto quiere decir que los 225 buses que siguieron rodando por las calles, a pesar de tener como dueños a los operadores del SITP, según cálculos previos recaudaron al menos unos $3 mil millones en su operación mensual, y en dos más de $72 mil millones. Eso, teniendo en cuenta que en promedio cada día se suben unos 300 pasajeros a cada bus y pagan $1.500.

De manera que la concejal cuestiona que estos recursos hayan dejado de ingresar a la bolsa general de recaudo del SITP durante los dos años que duró la situación, pues sólo hasta el pasado 15 de septiembre fueron canceladas las tarjetas de operación de los vehículos. Por ello, pidió a la Contraloría que investigue el proceso y avance en “un proceso de responsabilidad fiscal por este hueco fiscal”.

César González, representante de los operadores del SITP, explicó que efectivamente los concesionarios son dueños de los 225 buses y que por ser de modelos anteriores al año 2004 debieron ser chatarrizados. Así que no debían andar recogiendo pasajeros. Pero, ¿por qué los privados no los chatarrizaron? González dijo que esto no sucedió porque la situación financiera de los operadores no es la adecuada.

Los concesionarios debieron haber asumido costos para chatarrizar los buses, como el pago de rentas o la compra total de los vehículos a los antiguos propietarios. Esto no ocurrió, según el representante de los empresarios del SITP, porque la situación de sus estados financieros es dura y sólo en los primeros seis meses de 2015 “la pérdida suma unos $130 mil millones”.

González afirma que esa difícil situación ha estado relacionada con la lentitud de la implementación, que hizo que poca gente se subiera a los buses azules, siguiera usando los vehículos viejos y le llegara menos plata al sistema. Sin embargo, este proceso de lentitud y pérdidas iniciales estuvo contemplado desde el comienzo y por ello en los contratos quedó claro que el Distrito asumiría parte de ese déficit mientras el esquema está listo.

Déficit que ha significado más de $1 billón hasta el momento en los recursos públicos. Entonces, ¿por qué tienen pérdidas los operadores? El representante insiste en que el panorama es bastante apretado y que, por ejemplo, se esperaba una demanda de unos seis millones de viajes diarios en todo el sistema y hoy es de algo más de cinco millones.