La Fiscalía, por su parte, tendría lista la imputación de cargos en su contra y se aproxima a dar fecha para la audiencia. La historia de este colegio, que contó El Espectador, tiene que ver con la discriminación y presión que sufrió Sergio Urrego, de 16 años, y su familia por su orientación sexual, hasta que decidió quitarse la vida, el pasado 4 de agosto.
Una situación que confirmó el fallo de primera instancia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, el 24 de septiembre de 2014, cuando amparó los derechos fundamentales al buen nombre, la dignidad, la intimidad y la honra familiar del joven. La noticia la comunicó la rectora Castillo mediante una carta a los padres de familia: “debo contar con el tiempo suficiente para dedicarme la defensa del buen nombre de esta institución”, dijo.
En la carta, Castillo deja entrever el impacto que la noticia sobre la muerte de Sergio Urrego ha tenido en los padres y estudiantes: “Muy a nuestro pesar, estudiantes y miembros de nuestra comunidad se están viendo afectados por las versiones de los medios de comunicación”.
Mientras la Fiscalía fija una fecha para la supuesta imputación de cargos que haría en contra de la rectora Castillo y dos empleados más, para Alba Reyes, madre de Sergio, lo mínimo que podía pasar después de la muerte de su hijo era que Azucena Castillo saliera de la rectoría. Sin embargo, también recordó que sigue siendo una de las dueñas del colegio y su poder en la institución es enorme.