“Comida callejera se está convirtiendo en vehículo transmisor de gérmenes”

Tomada de www.bogota.gov.co

¿Cuántos kilos de comida callejera en mal estado se vende en las esquinas de Bogotá? En el Concejo de Bogotá aseguran que es imposible estimarlo porque la administración carece de información fidedigna, no solo por la falta de continuidad en sus controles sanitarios, sino por la falta de estadísticas sobre la materia.

“La comida callejera se está convirtiendo en un vehículo de transmisión de todo tipo de gérmenes y en una fuente de enfermedades para las personas que se arriesgan a comer en esos puestos de venta”, señaló la concejal Lucía Bastidas.

Recientemente la alcaldía local de Tunjuelito, en operativos de control, decomisó más de 79 kilos de alimentos en mal estado. Entre lo incautado había jamón, pollo, carne y otros embutidos en descomposición.

“Todos esos alimentos requieren refrigeración permanente, pero los ciudadanos los vemos expuestos a la intemperie, al sol, en todas las calles de la ciudad donde se ubican los transeúntes. En el caso de los decomisos de Tunjuelito, los vendedores de esos puestos, en dos barrios del sur, no cumplían con las normas mínimas de higiene, refrigeración y tratamiento, convirtiéndose en un problema de salud pública según el informe oficial”, agregó Bastidas.

“Bogotá está invadida de norte a sur y de occidente a oriente de esta problemática, basta solo con mirar Chapinero, Restrepo, 20 de Julio, Bosa, el centro de la ciudad, Fontibón y Kennedy, entre otras, convirtiéndose en una pandemia”, indicó.

A eso se suma el estado de desaseo de los recipientes, planchas y estufas que utilizan los vendedores para preparar los alimentos, como pizzas, hamburguesas y arepas. Un asunto grave es la reutilización permanente de aceite quemado que es altamente nocivo para la salud. El caso de Tunjuelito es solo un ejemplo del problema sanitario que enfrenta la ciudad, y del cual no hay una información confiable. En la ciudad proliferan las ventas de ensaladas de frutas con cremas y lácteos que deberían estar refrigerados y permanecen durante horas expuestos al sol.

“Solo hay que darse un paseo por el centro, por los entornos universitarios, por los centros de alta concentración de población flotante para identificar el problema”, subrayó Bastidas, quien además solicitó a las autoridades de salud de la ciudad asumir este problema con la seriedad que requieren para que los operativos de control no sean esporádicos sino sistemáticos y que se establezca un control de vigilancia confiable y permanente para que las ventas callejeras, ya que se permiten de manera ilegal, por lo menos se hagan en condiciones sanitarias que garanticen la buena calidad de los productos que venden.

En operativos de control realizados por las autoridades en la localidad de Santa Fe fueron hallados carretillas y carros de comidas rápidas con alimentos expuestos a agentes contaminantes derivados de excrementos de ratas y perros. En los controles también se encontraron frutas rodeadas por moscas, salpicón sin refrigerar; papas y plátanos fritos, churros y donas almacenados en carros con óxido y sin ningún tipo de higiene, además de productos sin registro sanitario INVIMA, como dulces (m&m) y papas fritas (pringles).

Asimismo, se detectó que el espacio destinado para lavar los vidrios e implementos utilizados en los carros donde se expone la comida para la venta estaba taponado por excrementos.

La Policía de Transmilenio también ha llevado a cabo varios operativos con el fin de incautar productos de todo tipo, especialmente alimenticios, que comercializan los vendedores ambulantes en las estaciones, portales y dentro de los articulados del sistema de transporte público.

En dichos rastreos, las autoridades han logrado el decomiso de más de 300 canastas de productos, gran parte de estas con comida en mal estado. En las ventas ambulantes en el sistema masivo de transporte también se ha encontrado comida con excremento de roedores, cocadas, arequipes con moho en la capa superior. Productos que realmente pueden representar un riesgo para quien los consume por el mal estado.