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Córneas, en la mira

El debate de la donación de tejido ocular se abrió después de la demanda de una familia a la que no le avisaron que a su pariente le iban a retirar las córneas.

Isabel Junca
11 de marzo de 2014 - 02:06 a. m.
Hace cuatro años Bogotá era una de las ciudades más aclamadas para trasplante de córnea.  / Archivo - El Espectador
Hace cuatro años Bogotá era una de las ciudades más aclamadas para trasplante de córnea. / Archivo - El Espectador

No es ilegal que las entidades forenses usen los órganos de personas fallecidas para donaciones en clínicas u hospitales. Tampoco, que lo hagan sin contar con la autorización de sus parientes, si después de seis horas nadie ha ido a reclamar el cuerpo. Así lo dice la ley 73 de 1988, conocida como la presunción legal de donación.

No obstante, para Teresa Martínez, familiar de Miguel Reyes Álvarez, un mecánico de 56 años asesinado el pasado fin de semana por cuatro delincuentes en un asalto, esa ley es incomprensible. “Es aterrador que puedan disponer de los órganos de una persona sin consultar con sus familias”, añadió.

Según Medicina Legal, en el caso de Reyes Álvarez, quien fue atacado cuando iba por la avenida de las Américas con carrera 68, no encontraron ningún oficio que señalara su oposición a la extracción de sus órganos. Tampoco, agregan los funcionarios forenses, había documentos que identificaran el cadáver, por lo que el ingreso del cuerpo se hizo como no identificado (N.N.)

En esos casos, señala el Instituto, “intentamos tres veces comunicarnos con algún familiar. Si después de seis horas —y habiendo realizado todos los trámites legales— nadie aparece, procedemos a usar el tejido”.

Aunque la familia de Reyes Álvarez interpuso una demanda y halló sin fundamento el argumento presentado por Medicina Legal —por asegurar que su familiar sí portaba documentos y que no les llegó ninguna notificación—, la entidad afirma haber actuado en forma legal. Pero el debate de las córneas y la donación de órganos en Bogotá, incluso, tiene otra cara más angustiante: cientos de personas esperan a diario por el trasplante de éste tejido ocular e incluso pierden su visión por no poder acceder a él.

Según el doctor Eduardo Arenas, médico oftalmólogo y especialista en córnea, el país está viviendo un momento crítico con la donación de tejidos oculares. Mientras hace cuatro años en Bogotá había un incremento en el turismo médico, especialmente en el oftalmológico, hoy la situación es diametralmente opuesta. “Tengo unos 50 pacientes que llevan más de tres años esperando su trasplante de córnea y, lo más triste, algunos pierden su visión antes de que llegue una”, le contó Arenas a éste diario.

El problema, según el médico oftalmólogo, radica en los protocolos jurídicos y la lentitud de los organismos judiciales para autorizar el uso de un órgano. Lo lamentable, recalca, es que después de 10 horas de la muerte del posible donante, los tejidos ya no se pueden usar y la mayoría de ellos se pierden, aun cuando mucha gente los esperan.

Hace unos años era posible importar tejido ocular de Estados Unidos. Sin embargo, ahora es ilegal y esa es otra de las razones por las cuales el calvario de cientos de ciudadanos en Bogotá parece no tener fin. No obstante, varias soluciones ya han sido planteadas por Arenas ante la Fiscalía: “He hablado con varios organismos judiciales y les he propuesto la creación de un departamento de donación de tejidos que, como la Cruz Roja, esté dedicado a conseguirlos. Sin embargo, las soluciones no parecen tener luz verde hasta el momento.

Esa es una situación que afecta también al sector médico, pues varios pacientes tienen que practicarse ese tipo de procedimientos en otros países, cuando Colombia es uno de los más prestigiosos, o lo era, en esos temas. A esa situación se añade el rumor del tráfico de órganos. El oftalmólogo le explicó a este diario que “no existe tráfico o ilegalidad en tejidos de córneas”. Según él, los procedimientos clínicos son muy estrictos y no se puede comparar, por ejemplo, un trasplante de córnea con uno de riñón o corazón.

Para realizar un trasplante de alguno de éstos órganos vitales, la persona debe estar viva. Para donar una córnea, en cambio, no es necesario. Los tejidos de un posible donante se pueden aprovechar hasta 10 horas después de su muerte .

Cada mes llegan unas 40 donaciones de córneas a los bancos especializados en Bogotá. Sin embargo, la demanda es mucho mayor. Por lo pronto, mientras los familiares de Reyes Álvarez claman justicia por lo que ellos consideran un abuso del Instituto de Medicina Legal, los pacientes que llevan incluso más de tres años esperando ver la luz, aumentan. Aunque es un tema sensible, Arenas dice que es necesario un poco de conciencia.

 

 

ijunca@elespectador.com

@isajunca

Por Isabel Junca

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