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En la ciudad se presentan aproximadamente 11.000 casos de enfermedades respiratorias por polución al año y el 75% de ésta la producen buses y camiones. Aprovechando la oportunidad de presentar un proyecto para las Olimpiadas de Diseño Bogotá 2012, un grupo de estudiantes de diferentes puntos del país pensó en proyectar el acto de caminar como una solución para el caos de la movilidad, sin dejar de lado los problemas ambientales.
Para lograr su cometido crearon una manilla de color amarillo y rojo que sirve para contar los pasos recorridos por cada persona. La idea, que será presentada a la Alcaldía Mayor de Bogotá, es premiar a los habitantes que más caminen. La ecuación es la siguiente: si el peatón camina 15 minutos diarios, le entregarán un pasaje gratis de Transmilenio cada 15 días. En resumen, sólo bastan 25.000 pasos para obtener el pasaje. En el estudio aparecen las siguientes cifras: 2.500 pasos equivalen a media hora, 1.300 a un kilómetro y cada kilómetro representa en tiempo de 10 a 12 minutos.
El interés por la movilidad fue el factor que unió a Sebastián Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Colombia, Susana Vallejo, de la Icesi, Bibiana Riveros, de la Universidad del Bosque, y Óscar Lucena y Vanessa Segura, de la Universidad Nacional. Estos estudiantes de diseño industrial encontraron en su investigación que un ciudadano debería caminar por lo menos 10.000 pasos por día. En la capital la relación con el transporte mecánico es tan estrecha que sólo se recorren 1.500.
El ánimo del proyecto va un poco más allá de descongestionar la ciudad: “Para mejorar el tráfico pensamos que también es importante buscar otra forma de transportarse que sea saludable. En Bogotá hay niveles altos de obesidad, de problemas por osteoporosis y otras enfermedades que se podrían prevenir caminando”, dice Sebastián Rodríguez. Un estudio del Instituto Cooper de la ciudad de Dallas, citado por los estudiantes, explica que caminar 30 minutos de cinco a siete días en la semana deja beneficios para la salud. “Algo importante de esa investigación es que demuestra que caminar ayuda a prevenir enfermedades cardiorrespiratorias. Sólo con 10.000 pasos la persona comienza a adelgazar”.
Los creadores de las manillas perfeccionaron la idea inicial con una interfaz que permite la publicación de la información de los recorridos en las redes sociales. Si una persona va en un trancón de dos horas puede consultar su base de datos en Facebook o Twitter y decidir si vale la pena bajarse y caminar. Susana Vallejo comenta que con esta idea “se puede evitar el uso de las rutas rápidas para ir de una estación a la siguiente, haciéndolo mejor a pie y ayudando a descongestionar el Transmilenio”.
En el plan piloto se tiene pensado que las manillas sean entregadas en las estaciones de Transmilenio, de tal forma que allí mismo puedan consultar su saldo. “Cada una tiene un chip parecido al de las tarjetas de Transmilenio. Ponen la manilla en el contador y ahí dice cuántos pasos ha dado la persona”. En su versión, Vallejo le quita importancia al saldo de dinero: “Ahora no piensas en eso sino en cuántos pasos has andado”.
Otro argumento para llevar a cabo el proyecto apunta a la disminución del sedentarismo y al fortalecimiento de la identidad ciudadana: “En una observación que realizamos en diferentes puntos de la ciudad, identificamos que las personas ya no salen a caminar ni a visitar los espacios públicos. Esto causa que poco a poco se vaya perdiendo la identidad bogotana”, dice Óscar Lucena.
Las manillas para contar los pasos llegan en un momento en que la ciudad cuenta con 1’500.000 vehículos particulares, 120.000 motos y 60.000 taxis. La última encuesta realizada por la firma Steer Davies Gleave y el Centro Nacional de Consultoría, aplicada a 45.322 personas, explica que el 70% de los jóvenes hacen sus recorridos a pie. Otro dato importante es que el 37% de los encuestados que viven en el estrato uno se va caminando al trabajo. En palabras de Vallejo, “la población vulnerable de Bogotá tendrá un premio por cada paso que da al día”.