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La Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS) alcanzó tal punto de saturación, que debió contratar 80 volquetas particulares, para recoger la basura que estaba esparcida en las calles. En dos días, la EDIS estaba dejando de recoger aproximadamente 1.000 toneladas en la ciudad.
Este panorama fue suficiente, para que el alcalde Jaime Castro decidiera liquidar la entidad.Los primeros meses de 1994 fueron caóticos: los trabajadores de la EDIS entraron en paro, la ciudad se estaba convirtiendo en un foco de basura y los sindicatos organizaron manifestaciones en contra del alcalde Castro. Para febrero, ya se hablaba de revocatoria. Del lado del sindicato de la empresa estaban los líderes del movimiento político Alianza Democrática M19: Antonio Navarro Wolff y Gustavo Petro.
Jaime Castro asegura que el alcalde actual de Bogotá lideró la campaña de revocatoria: “Él pedía la revocatoria mía, porque se oponía al cierre de la EDIS. Ahora, la quiere revivir: se llama Aseo Bogotá”. Desde el Congreso, el representante a la Cámara por Cundinamarca, Gustavo Petro, difundió la idea con el excandidato presidencial Navarro Wolff y repartió más de 100.000 tarjetones invitando a la ciudadanía, para que votara en contra de Castro.
El movimiento a favor de la revocatoria se fortaleció al punto en que la ciudadanía intervino la Plaza de Bolívar: “Los partidarios de la revocatoria del alcalde la organizaron unas personas, fundamentalmente, coteros de Corabastos, para que en las zorras de la época recogieran las basuras y las botaran en la Plaza de Bolívar”, señala el exalcalde Jaime Castro.
Sobre este episodio, se pronunció el expresidente Álvaro Uribe mediante su cuenta de Twitter: “Hace 19 años, Bogotá vivió una crisis de basuras muy similar a la actual, pero en esa ocasión el hoy alcalde Gustavo Petro estaba del lado de quienes pedían la revocatoria del alcalde”.
Paradójicamente, la EDIS, al igual que Aguas Bogotá, debieron dividir con empresas privadas las zonas de recolección. En 1988, la alcaldía de Bogotá declaró una emergencia social, sanitaria y de servicios públicos. La solución fue la misma que adoptó el alcalde Petro: contratar con empresas privadas la recolección de residuos. La EDIS quedó encargada de recoger el 40% de residuos en la ciudad y el 60% estuvo a cargo de las empresas Lime y Ciudad Limpia. Para 1994, la EDIS había fracasado: las empresas privadas estaban a cargo del 100% de residuos en Bogotá.