El concejal del Polo Carlos Vicente de Roux, quien ha sido una de las voces más insistentes en denunciar los presuntos actos de corrupción de la administración del alcalde Samuel Moreno, busca convertirse en candidato a la Alcaldía por el mismo partido al cual ha señalado de estas acciones.
Está convencido de que la ciudad necesita un metro y se une a la propuesta de implantación de la jornada única en los colegios distritales para que los jóvenes estudien todo el día, lo que reduciría el riesgo de caer en dinámicas de violencia y consumo de sustancias, entre otras.
¿Cuáles son los proyectos estratégicos a los que le apostaría?
Bogotá tiene grandes retos que ha venido aplazando porque encararlos es complicado y costoso. Hay uno muy grave, que es el de la inadecuada ocupación del territorio. La capital se está expandiendo sobre la Sabana como una mancha de aceite. Solucionar esto implicaría concentrar la ciudad y crecer en altura, así como emprender grandes planes de renovación urbana. Hemos hecho algo al respecto, pero muy tímidamente. Lo otro, muy ligado a lo anterior, es crear un ente territorial supradistrital, porque los municipios aledaños se están metiendo en una lógica de expansión de sus núcleos urbanos y esto los llevará a conurbarse con Bogotá. No tenemos desde acá cómo frenar esos procesos.
¿En esta línea de inversiones qué debería hacerse en el tema educativo?
Bogotá tiene un problema gravísimo y es que hay 600 ó 700 mil jóvenes entre los 17 y 26 años que terminaron su educación secundaria y no han podido ingresar a la superior o encontrar trabajo. Eso es el 10% de la población a la deriva. Muchos de los problemas de la ciudad, como desempleo, inseguridad, embarazo adolescente, tienen que ver con ese tema. Hay que aumentar las opciones de educación superior, sobre todo la tecnológica. Ahora, hay que hacer algo con el tema de la media jornada. Los muchachos reciben una educación apretada y acelerada, tratando de meter todo el currículo en media jornada. Esto da como resultado que usted tiene miles de jóvenes medio día sin hacer nada. Se debe implantar la jornada única. Eso implica un esfuerzo gigantesco en construcción de infraestructura, pero hay cómo hacerlo. Por ejemplo, los privados podrían construir estos colegios y arrendarlos al Distrito a precios razonables.
¿Qué cambios haría en el aparato del Distrito?
Bogotá les asigna a los Fondos de Desarrollo Local varios billones de pesos para un conjunto de proyectos que son muy discutibles. Las alcaldías locales están atiborradas de funciones que no pueden cumplir. Tienen muy poco personal, que generalmente es nombrado por las instancias centrales del Distrito con una gran incidencia de la politiquería. Hay que convertir las alcaldías en núcleos muy capaces de desarrollo local.
¿Seguiría impulsando el metro?
Sí. Ahora, debe ser una línea corta, en el sentido de que transcurra en aquellos ejes de la movilidad que tienen demandas gigantescas de viajes que no pueden ser atendidas sino por un sistema tipo metro. Estoy completamente de acuerdo en construir este sistema en el eje oriental de la ciudad, ese que va sobre los cerros más o menos entre la calle 22 sur y la calle 100. Me preocupa la entrada hasta la calle 170, me parece que allá no hay suficientes volúmenes de demanda y que sería una extensión para coquetear con el tren de cercanías. En el eje oriental necesitamos un metro. De eso no nos escapamos.
¿Qué piensa de las autopistas concesionadas?
Me parece equitativo, porque los particulares que tienen carro, y que responden apenas por un modesto porcentaje de los viajes que hay en la ciudad, se llevan buena parte de la ocupación de la infraestructura vial. Entonces, si se necesita construir más para esos sectores, pues que paguen quienes puedan pagar.
Usted ha denunciado posibles hechos de corrupción en el Distrito. ¿Qué hacer en este tema?
Es posible mejorar mucho en esa materia. Todo hay que enfrentarlo con criterios como equidad, transparencia, buena planeación y sinergia con el Gobierno Nacional. Un alcalde tiene que mandar permanentemente mensajes explícitos en la lucha contra ese fenómeno. En eso tenemos que aprenderle mucho a Antanas (Mockus), que siempre tuvo un discurso sobre esa materia. Segundo, hay que estar muy atento a las denuncias ciudadanas. Un mandatario debe formar en la lucha contra la corrupción a sus funcionarios. Hay que sancionar a quienes incurran en estos actos, crear comisiones que los investiguen. También se deben apoyar las veedurías ciudadanas.
Ahora, también hay que rodear de garantías las grandes licitaciones para que sean excelentes. Hay unos fenómenos que tienen que ser contrarrestados, como la reducción de los procesos competitivos en la selección de contratistas y un avance nefasto hacia la contratación a dedo. Otro punto es el de Personero y Contralor. En este tema los alcaldes tratan de tener funcionarios amigos, pero me parece que sería una garantía de compromiso con la transparencia el hecho de que el alcalde se inhibiera de moverse para conseguir Personero o Contralor amigo.
¿Si no es dentro del Polo no perseguiría la Alcaldía?
Yo pertenezco a este partido y propongo poner mi nombre en juego para una precandidatura para la Alcaldía, pero el escenario político es dinámico y se mueve todos los días. Hay algunos temas muy importantes que tiene que resolver el Polo. El principal tiene que ver con si es capaz de desmarcársele a las actuaciones de la actual administración que se han apartado de la transparencia en el manejo de los recursos públicos.